LOS ÁNGELES.- La duquesa de Sussex, Meghan Markle, expresó su apoyo a las protestas por los abusos policiales contra la comunidad afroamericana de EE.UU. en reacción a la muerte en Mineápolis (Minesota) de George Floyd a manos de la policía la semana pasada, informaron este jueves medios locales.
“La vida de George Floyd importaba, la vida de Breonna Taylor importaba, la vida de Philando Castile importaba y la vida de Tamir Rice importaba,” dijo Markle, que es estadounidense y de ascendencia afroamericana, en un discurso en la tarde del miércoles en la graduación virtual de su antiguo instituto en Los Ángeles (California).
La integrante de la familia real británica -de la que es parte desde su matrimonio con el príncipe Enrique de Sussex en 2018- mostró así su indignación por las muertes de estos cuatro ciudadanos afroamericanos cuando estaban bajo custodia policial.
Unos nombres que son solo la punta del iceberg en un país en el que, según una encuesta publicada el pasado agosto por la Universidad de Rutgers, uno de cada mil negros muere a manos de la policía, 2,5 veces más que el promedio de los ciudadanos blancos.
Markle describió la tesitura que está viviendo actualmente EE.UU. como “devastadora” y aseguró estar “muy nerviosa” por tener que hablar sobre el asunto, algo que opinó que es necesario, pues, dijo, “la única cosa errónea que se puede decir es no decir nada”.
La duquesa hizo un paralelismo entre la situación actual y su vivencia de los disturbios de Los Ángeles en 1992 debido a otro episodio de discriminación racial contra un afroamericano y pidió a los estudiantes que vivan estos momentos “como historia, no como si fuera su realidad”.
Markle es una más de las numerosas voces que han expresado su indignación por la muerte de George Floyd el pasado 25 de mayo después de que el policía Derek Chauvin le inmovilizara presionándole el cuello con su rodilla durante casi nueve minutos mientras ignoraba sus peticiones de ayuda y tres de sus compañeros observaban impasibles la escena.
Los cuatro agentes fueron despedidos del cuerpo la semana pasada y han sido procesados por el fiscal de Mineápolis por su presunta responsabilidad en la muerte de Floyd, algo que no ha evitado que aumente la indignación por todo el país, que se ha canalizado en protestas multitudinarias en una treintena de ciudades.