Los políticos de oficio nos creemos eternos, nunca pensamos en retirarnos y a mayor edad nos entendemos indispensables. No conozco todavía el primer dirigente que se auto-retire, solo lo hacemos cuando las fuerzas físicas nos abandonan y nos encaminamos inalterablemente al sepulcro.
Los líderes tienen miedo a dejar herederos en vida, por eso resulta raro que apadrinen delfines. Solo en circunstancias obligadas lo hacen. Por demás, si fuese por nosotros los políticos tradicionales, nos tomáramos el elixir de la eterna juventud y compramos el ticket a una reencarnación.
Nos asusta hablar del futuro, sobre todo si tenemos que ir configurando un retiro para que los jóvenes asuman nuestras responsabilidades, pero es biológico y dialéctico la sustitución de “lo viejo por lo nuevo” y debemos ir considerando adaptarnos a los nuevos tiempos: el electorado está prefiriendo a hombres y mujeres jóvenes al frente de la cosa pública, cada día menos estarán los ancianos encabezando boletas electorales en el mundo.
No quiere decir que se deseche la experiencia, solo que la energía, la capacidad y la comprensión de la juventud de hoy se va imponiendo, sobre todo en América latina, donde la mayoría del electorado está compuesto por menores de 40 años. Yo, por ejemplo, Inicié mis tareas políticas a los 15 años y a los 18 trabaja de la mano con el presidente Salvador Jorge Blanco. Casi todos los miembros de su equipo de trabajo éramos jóvenes, sobre todo en la parte operativa de la campaña.
La juventud de ahora es mucho más despierta, menos ingenua, más resuelta pero menos comprometida. Han crecido en la libertad y en democracia, no aceptan que les constriñan sus derechos pero, sin embargo, hay pocos jóvenes realmente y seriamente en política. Pareciera que el oficio de la actividad política se nos ha dejado a los mayores, muy diferente a lo que se ocurría hace 50 ó 60 años atrás, cuando la mayoría éramos, principalmente, jóvenes. Solo por decirles que mi padre cuando llamó a la revolución del 1965 sólo tenía 27 años. Eran muchachos llenos de sueños libertarios, de profundas convicciones ideológicas y de una valentía espartana. Pero el futuro inmediato les pertenece a ellos, a los jóvenes. Nuestro papel es el de impulsarlos, asesorarlos y darles la oportunidad para que se desarrollen. Estoy convencido como el que más de que ellos son los que harán las grandes transformaciones que necesita esta sociedad.
Hay que refundar la República, hay que superar estas taras que nos impiden avanzar como nación. Los viejos nos amañamos, estamos en nuestra zona de confort y, aunque sabemos que hacer para que las cosas cambien, no hacemos nada para ello y justificamos la aceptación de nuestros males endémicos con el criterio de que “esa es nuestra idiosincrasia.”
Le toca a la juventud romper estas cadenas que nos esclavizan, porque cada día hay peor calidad de la democracia y la corrupción es ya parte consanguínea del ADN de los dominicanos. El mérito es algo en desuso y cada día el amiguismo y el nepotismo llenan los espacios de participación en todas las áreas principalmente en el Estado. Espero que sean los jóvenes quienes nos ayuden a cambiar este obsoleto y caduco sistema político presidencialista, causante mayor de nuestros males históricos, porque lo único que ha traído es mayor concentración de poder, que se convierten siempre en opresión.
Por lo visto habrá siempre reelección y no existirá alternancia, por ende, habrá menos democracia. Solo nos llena de esperanza el hecho de que emerge una juventud impetuosa, capacitada, honesta, sin tachas, dispuesta a tomar las banderas y seguir adelantes; ella es la promesa del futuro de la República, ella es la dueña del devenir político de esta media isla.
Conozco una gran mayoría de jóvenes, de manera personal a otros no aunque les doy seguimiento a sus posiciones e incipientes carreras. A muchos les veo descollar de manera prístina. Me alegra que los haya en todos los litorales políticos, porque en todas las ideologías hay posiciones correctas para el país. Los jóvenes están surgiendo con energía telúrica para cambiar este estado de cosas. Algunos de ellos podemos verlos en rápida ojeada:
En el PLD, Carlos Amarante García, el aspirante a diputado más votado en las primarias de su partido; Víctor Fadul, actual diputado de Santiago; Enmanuel Jiménez, regidor de Mao; Priscila D´Oleo, abogada y candidata a diputada por Nagua y Eddy Montás, candidato a diputado de San Cristóbal. Asimismo, Yuri Enrique Rodríguez, uno de los mejores expositores con que cuenta el PLD en la actualidad; Rafael Paz, candidato a Senador del Distrito Nacional; Juan Ariel Jiménez, actual Ministro de Economía, Planificación y Desarrollo; Heidy Musa, candidata a diputada por Puerto Plata y Robert Martínez, actualmente el regidor más joven del Distrito Nacional son algunos de los jóvenes, profesionales de la abogacía y/o politólogos que comienzan a descollar en prometedoras carreras.
Por el PRM destacan el diputado Jean Luis Rodríguez, mi sobrino Miguel Ángel Vásquez Peña, abogado y candidato en la circunscripción 1 del Distrito Nacional, Elías Matos, es candidato a diputado por la misma circunscripción del Distrito Nacional; Michael Matos, regidor actual de Santo Domingo Oeste; Hostos Rizik Lugo, joven de excelente formación y valor humano que desarrolla un sostenido activismo social y filantrópica en su provincia natal, María Trinidad Sánchez; el comunicador Orlando Jorge (hijo); Mario Sosa Torres del DN, regidor; Liz Mieses, talentosa y actual regidora por el mismo cabildo y la ingeniera Kimberly Taveras, coordinadora del equipo de juventud de Luís Abinader… todos brillantes en ese partido pujante y lleno de jóvenes promesas.
Del PRSC destacan como jóvenes valiosos Gabriela Balaguer, quien fue la candidata de menor edad a la alcaldía de Guayacanes; Max Castro, actual regidor de Santiago; Joan Fernández, candidato a diputado de la provincia Duarte; Rogelio Alfonso Genao, actual diputado del PRSC en la provincia La Vega (Constanza-Jarabacoa) y candidato a la misma posición.
En las filas del PRD militan también jóvenes brillantes, entre ellos el abogado y comunicador Rafael Linares, candidato a diputado igual que Joel Díaz Ureña y el Secretario Nacional de la Juventud, Edward Hidalgo, así como Marcel Font-Frías, nueva adquisición perredeista, son todos ellos jóvenes en quienes vemos sobradas condiciones para reiterar los logros históricos de su partido en sus luchas por la democracia.
En la Fuerza del Pueblo destacan varios jóvenes de altísima preparación intelectual y de probada dedicación política, entre otros, José Ernesto Abud, Secretario Nacional de la Juventud; Vladimir Rozón, politólogo; Esmeralda Bello, abogada y politóloga cuya juventud no es óbice para la amplia trayectoria política que ha desarrollado; Joel Rodríguez, analista político y joven de una dedicación y laboriosidad que le distinguen y Jarizky Izquierdo, actual regidor de Santiago, quien es otra de las excelentes promesas políticas de la FP.
Por el BIS, Joan Almánzar, Enrique Vallejo y Miguel Liriano, jóvenes profesionales de con amplísima experiencia jurídica y en Administración Pública y privada.
Por la FNP, José Martínez Brito, comunicador y candidato a diputado por la circunscripción 2 del Distrito Nacional; Katherine Rodríguez, Secretaria Nacional de la Juventud y el ingeniero Carlos Villar, candidato a diputado por la circunscripción 1 del DN, así como una pléyade de jóvenes valores en pleno desarrollo que distinguen a su partido.
Por el PAL, Michelle Ortiz López, Secretaria de la Juventud y candidata a diputada.
Pero de manera especial quiero destacar al Joven comunicador Jaime Rincón, una joya que, si bien ha perdido una batalla por la alcaldía de Guerra, le quedan muchas otras por ganar.
José Horacio Rodríguez, candidato a diputado deL PAÍS, a quien conocí como directivo de Opción Democrática, tiene capacidad e integridad a toda prueba.
Claudio Caamaño, ¡cuánta gallardía en este joven, en la defensa firme en lo que cree!
Se gana medalla de oro Bartolomé Pujals, joven abogado, activista social y profesor universitario, joven promesa que seguro llegará a la Alcaldía del Distrito Nacional.
Huelga mencionar a Faride Raful y a José Ignacio Paliza, del PRM, porque en estos momentos ya son una realidad joven en la política, de promisorio futuro.
Veo como presidenciables del futuro a dos jóvenes que me honran con su amistad, que tienen condiciones y a quienes veo en el firmamento que se encaminarán muy jóvenes aún, si deciden recorrer el tránsito difícil de la política con la pasión necesaria. Tienen estilos diferentes, que los traen en los genes, pero son, sin lugar a dudas, los que veo que podrán construir proyectos presidenciales en tres o 4 periodos, pues se evidencian ya como herederos de liderazgos sólidos: el primero es Omar Fernández Domínguez, joven formal, correcto, inteligente y dedicado a labrarse un camino propio, abogado y actual candidato a Diputado por el Distrito Nacional. Veo en él ese interés sano e ingenuo de participar en política por compromiso; no se escuda en su padre para ganarse su espacio, antes bien, escucha y reconoce errores, tiene capacidad analítica y por esas y otras características similares le veo potencial para que, en pocos años, servir al País.
Juan de Jesús Garrigó Mejía, politólogo y economista. No bien conocí a este joven supe de inmediato que es la joya de la corona. Bien formado, alegre, campechano y muy carismático, es sin lugar a dudas un presidente futuro. Tiene condiciones excepcionales de liderazgo, pero sobre todo conecta con los sectores populares como pez en el agua. Como todavía es muy joven su madre y su abuelo deberán cuidar de su carrera con celo, porque es un volcán en erupción, vive y crece tan y tan rápido que habrán de protegerlo de las envidias que causará el aura de su fulgurante estrella.
Cómo verán el país tiene una reserva excelente de jóvenes valiosísimos, de los cuales he mencionado unos pocos por limitación de espacio. Nuestra generación de políticos debe legarles a nuestro país la dirección de nuestros proyectos a jóvenes como los que antes mencione. Es la juventud a la que le toca hacer los cambios urgentes, los cambios que demanda la nación. Solo ella es poseedora del desprendimiento para lograrlo. Hago mías las palabras del comandante Fidel Castro: “Se pueden adquirir conocimientos y conciencia a lo largo de toda la vida, pero jamás en ninguna otra época de su existencia una persona volverá a tener la pureza y el desinterés con que, siendo joven, se enfrenta a la vida.”