La ciudad de Nueva York anunció este martes que va a retrasar del 10 al 21 de septiembre el inicio de las clases en sus escuelas públicas, tras un acuerdo con los sindicatos para evitar una huelga de profesores, preocupados por los preparativos para la vuelta a las aulas en medio de la pandemia del coronavirus.
Con más de un millón de alumnos, Nueva York tiene con diferencia el mayor sistema de educación pública de Estados Unidos y es la única entre las grandes ciudades del país que ha asegurado que la enseñanza presencial volverá este mes.
“Necesitamos más tiempo”, admitió en una conferencia de prensa el responsable municipal de Educación, Richard Carranza, que compareció junto al alcalde, el demócrata Bill de Blasio, y al líder del mayor sindicato de profesores.
El retraso busca dar más tiempo para hacer preparativos tras semanas de protestas por parte de maestros y otras partes interesadas, que han denunciado que los planes no permiten garantizar un regreso seguro a las aulas.
Nueva York ha optado por un modelo híbrido, que mezcla clases remotas y presenciales, insistiendo en que sobre todo los alumnos de familias con menos recursos necesitan el retorno a las clases tras meses de educación a distancia por el coronavirus.
El plan incluye numerosas medidas para evitar los contagios, entre ellas la desinfección de los edificios cada noche, el reparto de desinfectantes de mano y equipos de protección personal (PPE) disponibles en todo momento, exigiendo el uso de mascarillas todo el tiempo y distanciamiento social.
La ciudad también ha prometido que no se usarán aulas que no tengan la ventilación adecuada y se limpiarán varias veces al día zonas de alto de alto contacto, entre otras cosas.
“El PPE, la distancia social, la limpieza, la ventilación, todo eso lo tenemos pero vamos a dar un paso más vigilando para asegurar que si hay señales de algún problema, estaremos allí tan pronto como sea posible y lo paramos’, explicó este martes De Blasio, al anunciar un programa de vigilancia médica.
Las preocupaciones del profesorado habían llevado a los sindicatos a amenazar con una huelga, que a priori se evitará por ahora con la decisión del Ayuntamiento, negociada con ellos.