El gobierno estima que, si bien la economía dominicana retomará su dinamismo el próximo año, con un crecimiento estimado en torno al 5 %, los efectos de la pandemia se mantendrán por un tiempo más en lo que a la tasa de cambio y la inflación se refieren.
En el más reciente Marco Macroeconómico, revisado el pasado 31 de agosto, el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo presentó las expectativas preliminares de los próximos cuatro años. En el documento detalla que el avance de los precios al consumidor será más intenso durante este año y los próximos dos, si bien estará dentro de la meta del Banco Central de 4 % de inflación anual.
“Los pronósticos indican que, en el horizonte de política monetaria, la inflación repuntaría durante el segundo semestre hasta alcanzar el valor central del rango meta establecido por las autoridades nacionales (4±1%) para el cierre de 2020 y se mantendría en torno a dicho nivel hasta 2022”, señala el Marco Macroeconómico.
El impacto del COVID-19 sobre la economía seguirá en el área cambiaria. La proyección del gobierno dominicano es de una depreciación del peso de 11.15 % este año y no se normalizará en 2021. El documento oficial detalla que la devaluación estará alrededor de 9.2 % para el próximo año, con lo que la cotización del dólar pasará de un promedio de 57.05 pesos por dólar en 2020 hasta 62.30 pesos por cada dólar para el año 2021.
Ese es al menos el escenario con los elementos que actualmente orbitan en el panorama local e internacional. “Dado que República Dominicana es una economía pequeña y abierta, el escenario internacional complejo, con elevada volatilidad, fluctuaciones extremas y alta incertidumbre que se ha generado debido al COVID-19, condiciona significativamente los desarrollos esperados a corto plazo para nuestra economía nacional”, indica el reporte oficial.
Evolución condicionada
La evolución que espera el gobierno en el mercado cambiario estará condicionada por los efectos positivos en los términos de intercambio de productos como el oro y el petróleo, pero también las mermas en los flujos de divisas por el impacto de la pandemia sobre las zonas francas y exportaciones en general y aportes del turismo a la economía.
“Además, va a ser relevante la entrada neta de flujos de divisas asociados con los envíos de remesas por parte de los dominicanos ausentes y los flujos financieros transnacionales (por ejemplo, IED e inversiones de cartera) con posibles ajustes en los perfiles de las posiciones de activos por motivos precautorios, en vista de la coyuntura vigente y la situación que se espera a futuro”, señala el Marco Macroeconómico.
El Producto Interno Bruto (PIB) dominicano registra hasta los momentos una caída de 8.5 % en el primer semestre, de acuerdo a los datos oficiales. Se trata del mayor retroceso registrado en los últimos años. El cierre de las fronteras y el cese de actividades no esenciales que se aplicó para frenar la propagación del virus impactó las actividades productivas.