Marco de Referencia
El pasado jueves el Poder Ejecutivo depositó ante la Cámara de Diputados el proyecto de Ley de Presupuesto General del Estado para el 2021 por un monto de RD$ 1 billón 37, 842 millones de los cuales RD$ 746 mil 313.8 millones serán ingresos locales y RD$291 mil 528.5 millones se obtendrán de préstamos con organismos multilaterales y colocación de bonos en el mercado local y en el exterior.
A muchos economistas preocupa el ritmo de endeudamiento de la República Dominicana, ya que en un mes y medio del gobierno de Luis Abinader se han contraído 4, 300 millones de dólares.
En ese sentido el vicedecano de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, Antonio Ciriaco Cruz, recordó que el ministro de Hacienda Jochy Vicente, ha pronosticado que el endeudamiento del sector público no financiero será un 59% del Producto Interno Bruto (PIB) en el 2021 y si se incluye la deuda del Banco Central se elevaría a 70%.
Erróneamente algunos economistas han aseverado que la República Dominicana tiene capacidad de endeudamiento, y para refrendar su argumentación evocan la política de endeudamiento de los países pertenecientes a La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Lista de los países miembros de la OCDE por orden alfabético: Alemania, Australia, Austria, Bélgica, Canadá, Corea del Sur, Dinamarca, España, Estados Unidos, Finlandia, Francia, Grecia, Hungría, Irlanda, Italia, Japón, Luxemburgo, México, Noruega, Nueva Zelanda, Países Bajos, Polonia, Portugal, República Checa, República Eslovaca, Reino Unido, Suecia, Suiza, Turquía. Todos países ricos.
La presión tributaria promedio de los OCDE alcanzó niveles del 33.8% del PIB. En América Latina es un 19.4%. La presión fiscal en República Dominicana alcanza apenas un 13,2% del PIB.
El otro componente del análisis, son los intereses del pago y/o amortización de la deuda. En los países OCDE las tasas de interés oscilan entre 1.2% y 0.00%. En América Latina fluctúan entre un 4.5% y un 15% y algunos casos excepcionales incluso llegan al 20%.
En República Dominicana la tasa de interés ha fluctuado entre un 4.85% y un 12%, promedio, mas o menos 8.5%.
De nuevo, erradamente se ha pretendido comparar la política de endeudamiento entre Japón y República Dominica, alegando que la relación deuda/PIB de Japón es de 234.99% para el 2017 y que por tanto la de nuestro país es relativamente bajita.
Pero sucede que el país Nipón además de ser una de las 5 economías mas grandes y sofisticadas del mundo, tiene una presión fiscal de 31.45 % del PIB, tienen una tasa de interés de 0.00%, además la deuda es mayormente en moneda nacional y a largo plazo.
Mientras que la República Dominicana es una economía de tamaño medio, con una reducida presión fiscal de 13,2% del PIB, paga tasa de interés de 8.5%, su deuda es mayormente en moneda extranjera y a corto y mediano plazo.
Es evidente que la comparación se constituye en un sofisma económico sin ningún basamento científico objetivo.
Solo hay un camino claro y objetivo, que ya está establecido en la Estrategia Nacional de Desarrollo, que es un Pacto Fiscal que dé sostenibilidad a las finanzas públicas, aumentando los ingresos de manera tal que disminuya en el tiempo el peso de la deuda sobre el PIB
¿Ahora, que tipo de Pacto Fiscal queremos?
Con la consigna de “No más impuestos” la colega Julissa Céspedes colocó dos mensajes en las redes sociales, los cuales apoyo decididamente, y que dicen lo siguiente.
1ro, “Mientras los congresistas tengan barrilitos, cofrecitos y exoneraciones para tener carros de lujo sin impuestos, ¡los empresarios tengan exoneraciones y el gobierno no recorte sus gastos NO ME HABLEN DE MAS IMPUESTOS! Siempre mas carga para la clase media. Lo de siempre.
2do “Recuperar lo que se robaron los funcionarios del PLD en corrupción va primero que subir los impuestos #noMasImpuestos #Asi NO.
En pocas palabras, necesitamos una reforma fiscal integral, como lo establece la Estrategia Nacional de Desarrollo, pero no podemos aceptar otra injusta reforma regresiva.
Queremos una reforma fiscal progresiva en la que el costo político, judicial y económico, lo paguen quienes a través de la corrupción y los privilegios han saqueado el país, ¡Y ya está Bueno!