Milton Olivo
Para comenzar a producir riqueza y crear empleos debemos partir de los recursos que tenemos disponibles.
¿Cuáles tenemos? Tierra, sol, el mar y su potencial para pescar, la acuicultura y el potencial para criar peces, y la maricultura, que es criar peces en jaulas o redes flotantes en el mar, los lagos, ríos y embalses de las presas.
Con la tierra, la posibilidad de ponerla a producir. El potencial para crear empresas procesadoras de productos agrícolas, para conservar lo producido. Lo que elevará la disponibilidad de productos de exportación.
Y sobre todo, con apoyo financiero del Banreservas u otra institución financiera del Estado, se pueden apoyar estas plantas procesadoras para que adquiera los productos que va a conservar y evitar que los productores quiebren, y luego colocar esos productos en el mercado local e internacional.
Pero con la construcción de las plantas procesadoras, y su sistema de frío, se reactiva el sector construcción y el sector metalmecánica. Con los cuales se activan otros sectores y empresas conexas.
Y lo bueno es que esas empresas procesadoras y empacadoras, luego de construida, imagina su valor convertido en acciones de cien pesos, y puestas en ventas, para ser adquiridas por nacionales, migrantes o extranjeros.
Con lo que el Estado, recuperará la inversión, y pasará a poder seguir construyendo plantas y sistema de frío de manera indefinida. Y creando las condiciones para que miles de dominicanos tanto residentes locales, como en el extranjero puedan invertir en su país, trayendo riqueza.
Con la pesca, que es un mercado global de casi 200 mil millones de dólares. Convirtiendo RD en un centro de operaciones de barcos pesqueros, para desarrollar una industria nacional pesquera. Para sustituir las pica pica y sardinas que hoy importamos del otro lado del mundo, cuando podríamos autoabastecernos.
Además, que con abundante disponibilidad de productos, pondremos la RD en capacidad de abastecer una industria nacional para fabricar harina y aceite de pescado, y atraer inversión extranjera para producir aquí, esos tan demandados productos.
Producción de pescado, que podría multiplicarse con el incentivo al desarrollo de la Acuicultura, que solo requiere terrenos, agua y alimentos. Más la Maricultura, que es la cría en jaulas flotantes en nuestros embalses, ríos, lagunas y mar. Lo que crearía centenares de millares de empleos en todas las provincias del país.
Al tiempo que se reactiva la economía, creándose las condiciones, para crear decenas de miles de nuevas empresas, impulsando la RD ha salir de la crisis como una potencia económica emergente.
El autor es Director Ejecutivo de la Federación de Trabajadores de la pesca. Y presidente de la Fundación para el desarrollo oceánico y la Acuicultura.