Juan Matos
Su nombre de pila era Agnes Gonxha Bojaxhiu, nació en macedonia en el 1910 y falleció en Calcuta (India) el 5 de septiembre del 1997, fue una líder religiosa reconocida por su obra social y fundadora de las Misioneras de la Caridad, Premio Nobel de la Paz en 1979 y declarada Santa por el Papa Francisco en el 2016.
En 1994 la Madre Teresa, fue invitada a Washington D.C. en EE. UU. al Desayuno Nacional de Oración, que se celebra anualmente en ese país. A este evento asistieron el entonces presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, su esposa Hillary Clinton, el vicepresidente Al Gore, su esposa y otras figuras políticas muy importantes.
Ese día la Madre Teresa disertó sobre el aborto, sus palabras, no me cabe duda, estremecieron esa sala. Sin agregar nada más, les quiero compartir a través de este artículo y de manera textual su discurso:
Discurso de la Madre Teresa de Calcuta:
“La amenaza más grande que sufre la paz hoy en día es el aborto, porque el aborto es hacer la guerra al niño, al niño inocente que muere a manos de su propia madre. Si aceptamos que una madre pueda matar a su propio hijo, ¿Cómo podremos decir a otros que no se maten? ¿Cómo persuadir a una mujer de que no se practique un aborto? Como siempre, hay que hacerlo con amor y recordar que amar significa dar hasta que duela”.
“Jesús dio su vida por amor a nosotros. Hay que ayudar a la madre que está pensando en abortar; ayudarla a amar, aun cuando ese respeto por la vida de su hijo signifique que tenga que sacrificar proyectos o su tiempo libre. A su vez el padre de esa criatura sea quien fuere, debe también dar hasta que duela”
“Al abortar, la madre no ha aprendido a amar; ha tratado de solucionar sus problemas matando a su propio hijo. Y a través del aborto, se le envía un mensaje al padre de que no tiene que asumir la responsabilidad por el hijo engendrado. Un padre así es capaz de poner a otras mujeres en esa misma situación. De ese modo un aborto puede llevar a otros abortos. El país que acepta el aborto no está enseñando a su pueblo a amar sino a aplicar la violencia para conseguir lo que se quiere. Es por eso que el mayor destructor del amor y de la paz es el aborto”
“El mayor regalo que Dios le ha dado a nuestra congregación es luchar contra el aborto mediante la adopción. Ya hemos dado, sólo en nuestro hogar en Calcuta, más de tres mil niños en adopción. Y puedo decirles cuánta alegría, cuánto amor y cuánta paz han llevado estos niños a esas familias. Ha sido un verdadero regalo de Dios para ellos y para nosotros”,
«Recuerdo que uno de los pequeños estaba muy enfermo, así que les pedí a los padres que me lo devolvieran y que les daría uno sano. Pero el padre me miró y me dijo: ‘Madre Teresa, llévese mi vida antes que el niño’. Es hermoso ver cuánto amor, cuánta alegría ha llevado ese niño a esa familia»
«Recen por nosotros para que podamos seguir con este hermoso regalo. Y también les hago una propuesta: nuestras hermanas están aquí, si alguno no quiere un hijo, dénmelo, yo sí lo quiero”.