Planteó como salida a la problemática económica nacional, la eliminación de todas las exenciones tributarias existentes.
SANTO DOMINGO. – El economista, Israel Abreu, favoreció este domingo que el presidente Luis Abinader tiene la oportunidad, en términos reales, de sacar el país de la actual crisis económica, no sólo logrando que el índice de desarrollo humano crezca y se traduzca en una mejor calidad de vida del dominicano.
“Si yo fuera Abinader o uno de sus consejeros, duplicaría la deuda externa pública, pero parece que el titular del Poder Ejecutivo no tiene un plan de desarrollo definido actualmente”, indicó Abreu al ser Entrevistado en el programa “Así Vamos, con Héctor Guzmán”, que se difunde cada domingo a las 10:00 AM por TRA Teleradio América.
Lo que debería hacer el presidente Abinader es contratar a los mejores especialistas en las áreas agropecuarias, agroindustrias, industriales, textil y tecnológicas, para hacer de la República Dominicana el Israel del Caribe, sin que el nivel de la deuda pública externa sea un problema”, sostuvo.
Refirió que Israel y Japón han logrado desarrollarse, pese a que sus deudas públicas alcanzan el 99% y el 160% de sus respectivas deudas públicas, porque cuentan con el respaldo suficiente ante los organismos de financiamientos.
A juicio del economista perredeista, el gobierno del presidente Abinader “luce algo flotante en el desempeño de sus funciones, como si careciera de bases sólidas para presentarle a la sociedad un logro de ese desarrollo”.
Planteó como salida a la problemática económica nacional, la eliminación de todas las exenciones tributarias existentes, “porque los únicos afectados serían los empresarios que durante años se han favorecidos sin ningún resultado positivo para las zonas deprimidas”.
Reforma fiscal
En otro aspecto, Abreu dijo que debido a los graves deterioros que ha sufrido el país en el nivel de recaudaciones, se hace impostergable la aprobación de una nueva reforma fiscal, pese al rechazo que este tipo de medida provoca en la población.
Señaló que, si bien el tema de una reforma fiscal es “bastante espinoso, definitivamente tiene que ser discutido por no tenerse a manos otra opción”, por lo que el gobierno se ha visto obligado a plantearse una nueva enmienda fiscal.
Aseguró que esa salida ha sido planteada en su informe anual por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y las declaraciones del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), para garantizar sus intereses, en la actual coyuntura en que se encuentra el país.
Recordó que la República Dominicana tiene ocho años que no actualiza sus estructuras fiscales, como lo establece la ley 01-2012.
Evidentemente en función de la situación que está viviendo el país, tenemos un déficit en las recaudaciones específicamente. Y “aunque la gente entienda que tenemos el presupuesto más grande en toda la historia del país, la composición de ese presupuesto lo componen varias variables, la principal es los ingresos que tiene el gobierno especialmente los que provienen a través de sus agentes recaudadores”, explicó el experto.
Indicó que, en el año 2020, las recaudaciones del Estado se redujeron en casi un seis por ciento, equivalente a unos RD$25,000 millones y el déficit fiscal se elevó, por lo que entiende “estamos obligados para enfrentar la situación que vamos a afrontar este y el próximo año, aumentarse las recaudaciones”, eso por la parte de las recaudaciones.
Observó que ese aspecto, el de cómo subir sus ingresos es la variable que el gobierno dice no tener listo, pero para concluir el año en curso y proyectar el 2022, “el Estado necesita tener ingresos suficientes y necesarios para cubrir el déficit y el aumento de los servicios de la deuda”.
Dijo que, para tener una idea de la situación, el país pasó de tener una deuda pública del 50% del Producto Interno Bruto (PIB) a un 70%, por lo que la deuda indefectiblemente aumenta, “pero lo importante es que ese compromiso de pago agregue valor y el índice de desarrollo mejore”.
Calculó que el Estado necesitará el próximo año unos RD$100,000 millones adicionales (alrededor de un 2% del PIB), para sumarlos a los 650,000 que tiene en promedio el actual presupuesto.
“Ahora”, se preguntó, “¿de dónde van a salir ese dinero?”, considerando que la más factible tiene que ver con el gasto tributario, que es una cuenta que tiene el gobierno para el gasto general, para incentivar algunos sectores productivos en el entendido de que esos sectores iban a agregar valores a la economía e iban a crear cierto nivel de desarrollo y para ello los gobiernos crearon exenciones fiscales, como el caso de la ley de desarrollo fronterizo, por ejemplo.
Al respecto, dijo que varios de esos incentivos deben ser sujetos de análisis, citando entre otros, la ley de incentivo al desarrollo fronterizo, la que hasta febrero pasado exoneraba el ITEBIS, ISR y el impuesto selectivo al consumo en un 100%, entre otros gravámenes importantes para el gobierno.
A su mejor parece estimó que pese a ese respaldo, ha sido muy poco el desarrollo económico que ha registrado la región limítrofe con Haití, razón por la cual el FMI aconseja eliminarlo esas exenciones, al igual otras similares.
En torno al ITBIS, el economista recordó que la Asociación de Industriales y Empresarios de Herrera es partidaria de ampliar la base de su aplicación, no así con aumentar la tasa porcentual.
“Pero si el gobierno acoge esta sugerencia, los más afectados serán los de menores ingresos, es decir, los más pobres, por lo que considero que esa variante debe ser totalmente descartada”, precisó.
A manera de ejemplo citó los conflictos sociales que generarían el aumento de los servicios médicos y a los alimentos básicos como el arroz, aceite, habichuela, huevo y leche, entre otros.
“Eso lo único que le generará al gobierno será serios conflictos sociales de incalculables consecuencias”, advirtió.