Por Balbueno Medina
A más de diez meses de la gestión del presidente Luis Abinader, nos encontramos que funcionarios de su gabinete todavía no han entendido la filosofía que éste le ha querido impregnar al Estado, en lo que significa su visión del cambio en el accionar gubernamental.
Pocos incumbentes han entendido que el presidente Abinader, se ha querido jugar el todo por el todo, por hacer que se hable del gobierno dominicano, antes y después de su ejercicio gubernamental, que puede ser cuatro como de ocho años, como lo establece la constitución dominicana.
Lo más probable seria que Abinader, pueda transitar el paso de la reelección presidencial, luego que el segundo líder indiscutible del Partido Revolucionario Moderno, Hipólito Mejía, ha dijo que ve con simpatías que el actual inquilino presidencial se acoja al mandato de la carta magna, lo que en definitiva eso dependerá del propio gobernante.
Lo cierto es, que la popularidad del gobierno del PRM, se sustenta hoy día en la figura del presidente Luis Abinader, el cual por su estilo de gobernar ha inspirado confianza en el senado de la sociedad dominicana, al punto de que ninguno de los cuestionamientos que se le hacen al gobierno van dirigidos a él, sino a muchos de sus funcionarios.
El gobierno conocedor de esa situación, realizó recientemente un Seminario Taller, con la participación de sus funcionarios y legisladores del Congreso Nacional, con el objetivo de armonizar en el desempeño y las ejecuciones de las políticas públicas que pretende implementar para sacar a la República Dominicana de la situación en la que la ha metido la pandemia Covid-19.
Esperamos que de ese encuentro haya salido una visión integral de los propósitos del gobierno de enrumbar el país por el sendero que ha querido el presidente Luis Abinader, porque muchas de las grandes fricciones que se han producido en el accionar del gobierno ha tenido como epicentro al Congreso y al Poder Ejecutivo, los cuales necesariamente deben trabajar unidos para poder superar la crisis que nos afecta a todos.
Legisladores del oficialismo y de la misma oposición se habían quejado con amargura de que muchos funcionarios no les recibían, ni mucho menos les cogían las llamadas telefónicas, mediante las cuales querían exponerle las inquietudes y necesidades de las comunidades que representan, lo que definitivamente le estaba creando un gran malestar al gobierno y al propio Partido Revolucionario Moderno.
De igual manera, dirigentes medios y de base del PRM, habían expresado su insatisfacción por los mismos métodos aplicados por los funcionarios a quienes les acompañaron a recorrer el país en busca de la victoria electoral del presidente Luis Abinader, lo que sin lugar a dudas nos puso en el camino de una crisis político gubernamental, que de no haberse resuelto en el Seminario Taller, presidido por el primer mandatario estaríamos en este momento adicionando a la crisis generada por la pandemia.
Los legisladores y los dirigentes Perremeistas disgustados por las malas acciones de muchos de los funcionarios del gobierno, esperan que a partir de ahora las cosas cambien en lo que tiene que ver con las relaciones, gobierno, partido y Congreso Nacional, porque como muchos advirtieron en el mismo Seminario Taller, “no están dispuestos a soportar las humillaciones y vejámenes que sus propios compañeros de partido le han venido haciendo durante los más de diez meses de gobierno que lleva el presidente Luis Abinader”, porque eso es lo mismo que traicionar al partido que por primera vez llega al poder.
Lo que ha resultado más preocupante para aquellos que han llevado sus quejas al presidente Abinader y a los medios de comunicación, es que funcionarios del más alto nivel jerárquico del gobierno se nieguen a tomarle una llamada hasta al expresidente Hipólito Mejía, quien se sumó al reclamo de ese sectores y se fue mucho más lejos al pedirle al presidente de la República remover la mata al cumplir el primer año de gestión el próximo 16 de agosto para darle un nuevo impulso a la administración pública.
La mayoría de esos funcionarios, no solo se han negado a cogerle las llamadas telefónicas a sus compañeros de partido y representantes del Poder Legislativo, sino que anuncian obras y proyectos que al paso del tiempo las ciudades, municipios y localidades, se quedan esperando que inicien como fueron prometidas, sin que reciban ninguna explicación sobre el retraso de las mismas, como ha sucedido en el Municipio de Santo Domingo Norte, donde el Ministro de Obras Publicas inicio la reconstrucción de las calles de varios sectores y a más de dos meses nada ha sucedido.
Mientras el presidente Abinader, predica con su ejemplo las cosas que emprende desde el gobierno, en contra de la corrupción y la buena institucionalización de la administración pública, muchos de sus funcionarios se han desviado de ese camino porque mienten a la población y han querido preservar algunas de las malas prácticas que sus antecesores del pasado llevaron a cabo en las instituciones que encabezan en la presente gestión gubernamental. Ojala que reflexionen y cambien de parecer porque de esa manera le harán bien al presente gobierno y se encausaran por la visión y filosofía que ha querido impregnar el presidente Luis Abinader, al gobierno del cambio que prometió al país.