Oscar López Reyes
En la bóveda celeste, el doctor José Rafael Abinader habrá de dormir tranquilo y satisfecho, en la oda de su positividad sin paralelo, por la gestión gubernativa de su hijo, Luis Rodolfo Abinader Corona, quien está despejándolo de su reservada aprehensión. Días antes de las elecciones de 2016, nos reveló que estaba contento, porque ese año su descendiente se terciaría la banda presidencial, que no le albergaba el más nimio reparo sobre su honestidad y capacidad, pero exteriorizó una inquietud, con este parágrafo: ¡hasta Trujillo fue engañado!
Escuchándolo sin disiparle su desbordante entusiasmo y optimismo, nos propuso: tú y yo seremos sus veedores, dejándonos entrever que, alejado del Palacio Nacional por la consanguineidad y la edad, los consejos que gratificaría a su heredero serían sin interferir en la decisión que estime conveniente junto a su gabinete.
Los análisis políticos y comiciales se sucedían con breves y escasos suspensos en los recorridos de campaña de 2016, animados con más frecuencia en los de Santiago, en compañía de Luis Felipe Rosa y la doctora Fernanda Bireiza Moronta. Nunca entendió por qué priorizábamos la búsqueda del Libro Récord Guinness -a través de la publicación de volúmenes de libros- que un alto cargo en el Estado.
La veta se esfumaba en el páramo de la incredulidad y en el filamento más sensible de la materia humana, porque la chimenea se extinguía. Aquella tardecita del sábado 3 de noviembre de 2018, nos despedimos del doctor Abinader cuando fue cerrada la puerta de la ambulancia que lo trasladó desde la clínica Abel González, de la avenida Abraham Lincoln, hasta su residencia de la avenida Anacaona. No lucía que -en pocas horas- trotaría por veredas desconocidas, hacia el Edén.
Jamás se ha borrado de nuestra memoria un manuscrito suyo de 1986 (poco después de habernos designado director de la Escuela de Comunicación Social de la Universidad Dominicana O&M), que decía, casi literalmente: “Estimado profesor López, Salomón Siguié es un amigo de siempre, poseedor de una gran cultura y es articulista de El Nacional. Te presento su curriculum para que lo evalúe, y si te resulta útil te agradeceré que lo tome en cuenta para profesor de tu escuela”. No conocimos ninguna imposición.
Revivimos ese texto la tarde del sábado 18 de junio de 2022, cuando en un coloquio-conferencia del colega y amigo Miguel Franjul, director del Listín Diario, sobre su libro “Nuevas dimensiones del periodismo”, pronunciamos un discurso en representación de la universidad. Cerca de 200 alumnos reventaron el auditorio del edificio de Ingeniería, y en los pasillos hubo un taponamiento.
Este evento fue efectuado en la manga de dos circunstancias descollantes: hacía dos años -los de la pandemia- que los estudiantes y profesores de la Escuela de Comunicación Social no nos juntábamos en un acto, como ha sido tradicional en cada cuatrimestre, y fue la primera vez que nos congregamos sin la presencia del fundador del centro de altos estudios y mentor de esta unidad académica.
En todas las actividades de la escuela relumbraba la presencia del rector Abinader, quien llevaba como timbre de orgullo su condición de profesor de economía del Departamento de Información Pública de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), en el ocaso de la década de 1960 y el rompiente de 1970), donde nutrió con sus cátedras a los primeros titulados universitarios, que decantan como una legión de consagrados periodistas.
También fungió como accionista editorial: en el tercer milenio perteneció al consejo de administración del matutino La Información de Santiago, instalado el 16 de noviembre de 1915. Igualmente, se enalteció como propietario -en la fuga del siglo XX- del periódico El Porvenir, fundado en Puerto Plata el 1 de enero 1872, que llegó a ser el decano de la prensa nacional, y adquirió la Editora Panamericana. Se rotuló como articulista ocasional de los rotativos Listín Diario y Hoy.
Como un justo voto testimonial, aprovechamos el referido coloquio-conferencia -y en este instante el cuarto aniversario de su partida física- para resaltar el legado del auspiciador de la Escuela de Comunicación de la Universidad O&M, a fin de que sea conocido por sus actuales alumnos y por los miembros de la nueva generación de dominicanos.
Más de mil profesionales de la comunicación social han egresado de sus aulas, por contar con facilidades de pago; con el sacrificio de sus maestros abnegados y el respaldo de los medios para los estudiantes realizar sus pasantías y abrirles espacios para que se incorporen a sus nóminas. Ahora están al servicio de la sociedad -en la capital, el interior y el exterior-, como reporteros, corresponsales y ejecutivos mediáticos y estatales.
José Rafael Abinader Wassaf (Tamboril, Santiago, 2 de marzo de 1929, Santo Domingo 4 de noviembre de 2018, 89 años, en Santo Domingo) cosechó éxitos continuos en las esferas político-estatales, académicas y empresariales.
1.- Funcionario público: Director de Impuesto sobre la Renta 1962-1963 (Gobierno de Rafael F. Bonnelly), subsecretario de Finanzas 1963 (mandato de Juan Bosch), contralor general de la República 1978-1982 (jefatura de Estado de Antonio Guzmán), secretario de Finanzas 1982-1984 (gestión presidencial de Salvador Jorge Blanco), y senador del PRD por Santiago 1998-2022.
2.- Apuesta patriótica: Secretario de Finanzas del gobierno en armas del honroso coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó, en 1965, que resistió a las tropas invasoras norteamericanas.
3.- Revolución universitaria: En 1965 fue de la columna vertebral del Movimiento Renovador de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, en su condición de vicerrector administrativo, que proclamó el fuero y la soberanía presupuestaria por Ley.
4.- Estudios para clase media baja: Fundó la Universidad Dominicana O&M (su rector 1966-2018), que adoptó como filosofía no recibir subsidios del Estado. Número de egresados: 60 mil.
5.- Emprendedor empresarial: Auspiciador-presidente del Grupo Abicor: O&M, Escuela de Idiomas Berliz, Sol de Plata Hotel and resort, Puerto Plata; LTI-Sol de Plata Bávaro, Cementos Santo Domingo y otras corporaciones menores.
6.- Autor de obras: Ideas económicas y sociales, Comentarios acerca del ahorro, Bosquejo de un estudio económico, La corrupción administrativa en América Latina, La sociedad bajo escrutinio, Poemas antiguos, Verdades históricas, Contando los días y El globo: una moneda mundial.
7.- Ganancias políticas: Miembro del Comité Ejecutivo Nacional y vicepresidente del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), director técnico de ese partido hasta 1973, y senador por Santiago 1998-2022. En 1978 asumió la dirección del partido Alianza Social Demócrata, que el 9 de septiembre de 2014, se convirtió en Partido Revolucionario Moderno (PRM), estructura que llevó a su hijo, Luis Rodolfo, a la presidencia de la República.
Tolerante y comprensivo, con aforo para escuchar en su despacho y atender a 10 personas en una hora, el doctor Abinader despabiló como un relacionista público auténtico: contactaba a intelectuales como a conserjes, los jueves montaba su tertulia y a cada paso extendía solidaridad.
Testimonio: fue la primera persona que en el año 2000 acudió a la funeraria cuando falleció nuestro padre, Ernesto López; José Rafael Abinader Corona en su representación nos acompañó en el camposanto hasta la última morada de nuestra madre, Andrea Reyes Pérez (2005), y asignó un abogado en el juicio acusatorio contra un grupo de narco-delincuentes que ese mismo año asesinaron a nuestra hermana, la psicóloga y profesora Yanet Ernestina López Reyes.
Para que el doctor Abinader siga durmiendo tranquilo y satisfecho, basta con que encima de su panteón se coloque la lista de las realizaciones de su sucesor político en función de jefe de Estado, particularmente el sable contra la corrupción y la construcción del muro fronterizo en la tizona por la soberanía nacional. Si prosigue firme, ampliando el canon democrático y defendiendo a la Patria, en el sueño le diría: ¡Te felicito, hijo! ¡No te detengas, cumplimenta la obra…!