Por Juan Carlos Espinal.
Los electores saben que los gobiernos son electos para mejorar las condiciones de vida de la gente protegiendo a unos u otros sin distinción de credo, ideología, religión, color o pensamiento formulando políticas públicas en objetivos estratégicos específicos para crear riquezas que permitan transformar las sociedades llevando soluciones integrales a los ciudadanos que demandan servicios.
En la democracia constitucional si el argumento público defiende a los trabajadores del alto costo de la vida construyendo alternativas concretas a las necesidades de la gente entonces probablemente existirá una determinada correspondencia electoral de la población a esas aspiraciones socioeconómicas.
Cuando en República Dominicana se hable sobre la modernidad en el Estado contemporáneo 1980-2020 se debe establecer con claridad que tal fenómeno sociopolítico y económico inicia en la transición pos Balaguer en 1996 seguido de las clásicas regresiones cíclicas de los años de gobierno de Hipólito Mejía 2002-2004 y 2020-2022 de Luis Abinader sin dejar de aseverar sobre los cataclismos económicos del gobierno de Antonio Guzmán entre 1980 y Salvador J. Blanco en 1984.
El crecimiento económico 1996-2000, 2004-2012 y 2012-2019 inauguró una etapa histórica de inversiones en Salud, Educación, Energía, Turismo y Obras Públicas que permitió estabilidad democrática, afianzó la paz social, el Estado de Derecho, la competitividad y seguridad ciudadana.
En ese marco de análisis, las elecciones de 2008, con un padrón electoral menor que en el 2020, Leonel Fernández obtuvo más votos (2,199,734) que Luis Abinader (2,154,734), pese al escenario ideal para que PRM alcanzara votación histórica, al estar dividido PLD
y surgir Fuerza del Pueblo.
Es necesario destacar que el desmonte de contadores de parte de usuarios del sistema energético, el alza indiscriminada de la tarifa eléctrica, las quejas de los clientes EDES sobre el aumento desproporcionado de la facturación mensual y los apagones financieros de 8 y 12 horas hace colapsar economía Pymes.
El aumento de la tasa de política monetaria del Banco Central a 8.5%, la coloca en la más alta desde hace 166 meses, igual a 13 años y 10 meses. La decisión está motivada por la alta inflación, que para bajarla se procura elevar tasa de interés bancaría y reducir la demanda.
Sobre el pago de los intereses de la deuda pública en un contexto comparabilidad internacional, República Dominicana exhibe mayor porcentaje de intereses respecto al PIB en la región. Casi un punto porcentual por encima de los países de América del Sur y 0.4 por arriba del promedio de la región.
No obstante, los analistas políticos saben que de cada 100 pesos que recauda el gobierno, 24 se destinan a pagar intereses de la deuda pública. Es el porcentaje más alto de la última década (excepto 2020). Más aún, es preocupante la coyuntura actual de aumento galopante de las tasas de interés y de un endeudamiento creciente.
En las últimas 15 elecciones presidenciales de América Latina y el Caribe el multiculturalismo político, la desglobalización económica y la descolonización cultural se encarnan electoralmente en las heterogéneas sociedades democráticas de América Latina y el Caribe como referentes de un ciclo histórico en la región marcado por un nuevo orden multipolar.
En ese sentido, la aprobación de los créditos internacionales sobre los US20 mil millones de dólares de préstamos entre los años 2020-2022 se debe al crecimiento económico 1996-2000, 2004-2012 y 2012-2019 cuando tras 2000-2004 caer la economía en default, guerra Irak, petróleo a US146 República Dominicana avanzó aún en COVID-19 gracias a la estabilidad gobiernos.
¿Cómo entonces, se pueden comparar los períodos 1996-2000 y 2004-2012 o 2012-2019 con 2020-2024? ¿Es necesario politizar la multiplicación del PIB 1996-2024 con 1966-1995 o con 1978-1986 o 2000-2004 respecto de 2023?
El partido mayoritario de mayor impacto político en el país es la insatisfacción de la población seguido de cerca por el voto de castigo abstencionista e independiente encabezado por amas de casa y jóvenes universitarios quienes lideran la tendencia social y política dominante.
Según un informe del Centro Regional de Estrategias Económicas Sostenibles (CREES), para el año entrante 2023 cada dominicano tendrá una deuda de RD$ 277 mil, 041 pesos mientras que la deuda per cápita se incrementará en RD$ 19,374.