DR. VÍCTOR MANUEL PEÑA
Hay que reconocer que Balaguer cumplió al pie de la letra con ese concepto haciendo respetar la Constitución y las leyes del país en cuanto a la defensa intransigente de la soberanía de la nación o del Estado dominicano en materia migratoria.
Nunca he sido balaguerista, pero hay que reconocer que siempre Balaguer le dijo un no rotundo a las presiones de Estados Unidos para que estableciera campamentos de refugiados haitianos en la frontera entre República Dominicana y Haití.
Hoy, en el gobierno de Abinader y del PRM, se advierte una masiva presencia de nacionales haitianos que han entrado como perros por sus casas por la frontera domínico-haitiana.
Es masiva y atropellante la presencia de nacionales haitianos en nuestro país, la mayoría de los cuales están en el territorio dominicano en calidad de indocumentados e ilegales.
Es cierto que hay una fuerte presión de la comunidad internacional, pero este gobierno ha sido muy débil frente a esa masiva presencia en nuestro país de haitianos en calidad de indocumentados o ilegales.
Tan débil ha sido este gobierno del PRM que sometió al Congreso Nacional un proyecto de ley sobre trata, persecución y tráfico ilícito de migrantes en el que se les reconocen derechos a migrantes o inmigrantes ilegales, y fue retirado del Congreso por el presidente de la República bajo una fuerte presión de la población.
Pero Abinader dijo que volvería a mandar ese malsano proyecto de ley al Congreso Nacional.
Y fueron tan lejos en ese proyecto de ley que se gravaría con impuestos a la población dominicana para financiar gastos y supuestos derechos de los haitianos, haitianas e hijos.
O sea que para el PRM la soberanía del Estado dominicano es letra muerte frente a la inmigración ilegal haitiana.
Hace mucha falta respetar y hacer respetar la soberanía del Estado dominicano.
El gobierno del PRM ha echado a un lado las grandes luchas que tuvo que librar el pueblo dominicano en todo el país para expulsar a los haitianos antes, durante y después de la proclamación de la Independencia y del Estado dominicano el 27 de febrero de 1844.
Desde hace un tiempo los migrantes haitianos no están solos en las actividades agropecuarias y en la industria de la construcción, sino que se han extendido a todos los sectores de la economía desplazando la mano de obra dominicana compulsivamente.
Así uno encuentra nacionales haitianos taxeando, conchando, etc. Es más, ya han constituido compañías de taxis en el Distrito Nacional, en la provincia Santo Domingo, etc.
Y los polos turísticos están inundados de haitianos ilegales.
Tan compulsivo y azaroso ha sido este proceso de haitianización del país que los haitianos han pasado a integrar la nueva marginalidad social del país y en el país.
En los semáforos los mendigos dominicanos han sido desplazados por haitianos ilegales.
Pero esa gran masa de haitianos ilegales tienen servicios de inteligencia y de espionaje a su servicio.
Esa azarosa lucha contra el Estado dominicano la están llevando a cabo los haitianos desde hace un tiempo.
Y la gran pregunta es la siguiente: ¿Quién va a defender al Estado dominicano y al pueblo dominicano?
Ante el hecho de que no tenemos un gobierno que defienda al Estado dominicano y al pueblo dominicano, tenemos que llegar a la inevitable e insoslayable conclusión de que el pueblo dominicano debe asumir su propia defensa.
Ante esta gran encrucijada por la que está atravesando el pueblo dominicano tenemos a dos grandes protectores y defensores del pueblo dominicano: Leonel Fernández y la Fuerza del Pueblo.
En mayo de 2024 Leonel Fernández y la Fuerza del Pueblo serán escogidos mayoritariamente por el pueblo dominicano para dirigir un gobierno de verdad que asuma totalmente los intereses del pueblo dominicano y que haga respetar siempre la soberanía del Estado dominicano y de la nación dominicana.
*El autor es doctor en Economía, licenciado en Derecho, con dos maestrías y es miembro de la Dirección Central de la Fuerza del Pueblo