Por Milton Olivo
En 2020, en RD se inicia un salto cuántico, cívico y silencioso, erradicar la corrupción e impunidad como sistema, representa una gesta proporcional casi a la Restauración de la República. La Era de la política cuyo fin es atracar el Estado ha terminado. Por eso Luis merece 4 años más.
Gran parte de la población sigue bailando la música del pasado, mirando hacia atrás, siguiendo partidos sin importar la moral de sus líderes, solo como vía de alcanzar un empleo, cuando estamos en una nueva Era. Que con el control de la corrupción, se crean las condiciones para que el país pueda crear los empleos que necesita la población y no tener que traicionar sus deberes como ciudadano.
RD tiene muchos futuros posibles, en especial dos; volver al oscuro pasado o trillar el nuevo sendero del presente, erradicar el robo de los recursos públicos, fortalecer la institucionalidad, rescatar lo robado en ese pasado, y construir juntos un nuevo futuro.
El desafío del cambio, es conciliar y vender la imagen del futuro que se construye, para inclinar la voluntad popular a ese magno destino, que es hacer realidad una sociedad institucionalizada, autosuficiente, desarrollar nuevos sectores productivos e industrializar el campo.
Por nosotros y las generaciones por venir, es deber mirar hacia delante, tiempo de cobijarnos bajo la bandera de la patria, fortalecer nuestro agradecimiento y compromiso por el sacrificio de nuestros próceres y héroes de todos los tiempos, y enfocarnos en nuestros deberes cívicos.
Hacer de Quisqueya una potencia debe ser el norte y el legado de las generaciones del presente a las generaciones más jóvenes. El primer paso era erradicar la corrupción como sistema. Lo que se ha logrado. Ahora es desarrollar nuevos sectores productivos y sustituir importaciones.
El autor es escritor y activista social.