Por Milton Olivo
En medio del panorama político dominicano, surge un rumor sobre una propuesta desconcertante: que la oposición está pensando retirarse de las próximas elecciones presidenciales.
¿Cuál es el trasfondo de esta sorprendente decisión? ¿Qué consecuencias podría tener para el país?
El presidente Luis Abinader goza de una popularidad notable, con cifras que lo sitúan por encima del 60% en las encuestas. Sin embargo, la reacción de la oposición parece ir más allá de una simple derrota electoral. Detrás de esta pretensión de retirarse de las elecciones se esconde una estrategia cuestionable: la intención de crear una crisis política en la República Dominicana.
Resulta paradójico que, en un momento en que la democracia debería fortalecerse con la participación activa de todos los actores políticos, la oposición opte por el retiro como respuesta a un escenario desfavorable en las encuestas. Esta actitud refleja una profunda arrogancia y una falta de comprensión sobre los principios fundamentales de la democracia.
Es importante recordar que la retirada de la oposición de las elecciones no solo afectaría la legitimidad del proceso democrático, sino que también dejaría un vacío que podría ser llenado por partidos más pequeños, pero igualmente representativos de la voz disidente en el país. Es probable que estos partidos sumen los votos de la oposición ausente, lo que socavaría aún más la posición de esos partidos tradicionales.
Una de las razones que subyacen a esta decisión es la persistencia de los mismos rostros en la oposición, especialmente aquellos vinculados a escándalos de corrupción e impunidad que llevaron a la población a rechazarlos en el pasado.
La falta de renovación y la insistencia en presentar líderes comprometidos con el pasado nefasto de corrupción solo refuerza la percepción de que la oposición carece de una alternativa real y viable para el país.
En este contexto, es crucial que la oposición reflexione sobre su papel en la democracia dominicana y reconozca la importancia de la participación activa y constructiva en el proceso electoral. Más que un acto de resistencia, el retiro de las elecciones representa una renuncia a la responsabilidad política y una falta de compromiso con el bienestar del país y su gente.
En conclusión, la pretensión de la oposición de retirarse de las próximas elecciones es un reflejo de su arrogancia y una muestra de su desconexión con la realidad política del país.
En lugar de generar una crisis innecesaria, la oposición debería concentrarse en ofrecer, impulsando una nueva generación política, ofertar alternativas viables y construir un camino hacia un futuro político más justo y transparente para la República Dominicana.