Por Milton Olivo
Para que Santo Domingo Este (SDE) sea levantado al nivel de prosperidad que tiene planificada la actual administración municipal, es esencial que los ciudadanos asuman su rol y trabajen juntamente con la nueva administración. Solo con la solidaria participación ciudadana, el tremendo esfuerzo de las autoridades, estarán condenados a triunfar.
La mejora de SDE depende del compromiso de la mayoría de sus habitantes con la política progresista de las nuevas autoridades municipales. No se pueden esperar cambios significativos sin una participación y un cambio de hábitos de la población.
Es fundamental seguir las normativas establecidas por las autoridades municipales, como sacar la basura en los días designados (lunes, miércoles y viernes). El incumplimiento de estas normas contribuye a la acumulación de residuos y dificulta la labor de limpieza.
Reforestar las calles y mantener la infraestructura urbana, como tapar los hoyos y construir los badenes necesarios, son pasos importantes para embellecer y mejorar la ciudad.
Donde las familias residentes pueden colaborar en la reforestación urbana, sembrando las semillas que se producen en la cocina en sus patios techos, balcones, etc., como de ajíes, berenjenas, tomates, chinola, sandía, lechosa, etc.
Garantizar la seguridad es crucial para el bienestar de los habitantes y el desarrollo de la ciudad donde los ciudadanos pueden cooperar denunciando a las autoridades de irregularidades en su entorno.
Fomentar el desarrollo de los polos turísticos, comerciales, industriales y de oficinas públicas; es esencial para erradicar el desempleo y fomentar el crecimiento económico local.
Las asociaciones, sindicatos, universidades y otros grupos organizados de SDE, deben promover el voluntariado entre sus miembros. La participación en acciones comunitarias beneficiará a toda la colectividad, incluyéndose.
Aprovechar, reciclar e industrializar los desechos para reducir la necesidad de vertederos y fomentar un entorno más sostenible es el futuro de los residuos sólidos urbanos, con la colaboración de todos.
Y todo comienza -para incentivar la instalación local de empresas de reciclaje- con las familias separando los residuos en el hogar; los desechos de alimentos en una funda, y todo lo demás en otra.
Es un tiempo prudente se iniciará un agresivo programa de construcciones, de inversión en solución de problemática comunitaria, de inversión en construcción en facilidades, aprovechando las agencias de cooperación internacional, lo que creará millares de empleos y de oportunidades de negocio.
Para hacer realidad el SDE que anhelamos, los ciudadanos deben proponerse optimizar sus propias acciones y actitudes como ciudadanos, preguntándose que aportan ellos a favor de la sociedad desinteresadamente.
El cambio empieza por cada individuo. Imagino las familias sembrando plantas en su frente. Organizándose para dar mantenimiento a sus parques recreativos. Y para tomar medidas a favor de la seguridad, denunciando a las autoridades puntos de drogas y presencia de delincuencia en su entorno.
La ciudad somos todos. La ciudad no es más que el reflejo de los hombres y mujeres que residen en ellos. Es tiempo de volvernos exigentes, colaboradores, voluntarios, siendo como personas, reflejo de la ciudad que queremos.
Con esta visión clara y el esfuerzo colectivo, SDE se transformará en una ciudad limpia, segura y próspera. El tiempo mostrará que la implicación solidaria y la responsabilidad de cada ciudadano fueron fundamentales para alcanzar estos objetivos.
El autor es residente en Santo Domingo Este y activista por una Quisqueya potencia.