ESPAÑA. La dominicana que en febrero de este año mató a su hijastro de 8 años, cubrió su cadáver y se unió a la búsqueda del menor, en Níjar, Almería, España, escribió desde la cárcel tres cartas de “reflexión”, dos de ellas a una periodista y una a Ángel Cruz, quien era su pareja y padre del menor.

En ella, Ana Julia Quezada atribuye el crimen con el que le quitó a Cruz “lo más grande que uno puede tener” “a un accidente”.

A continuación la misiva íntegra enviada por Ana Julia Quezada a Cruz:

Ángel: no tengo palabras para decirte esto, pero aún así lo voy a contar. Quiero que sepas que, ante todo, que no tengo excusas por lo que hice. Sé que se dicen muchas cosas que no son ciertas. Solo sé seguro que el miedo te bloquea porque eso me pasa a mí. Entiendo que no me creas porque es lo más normal, no tuve el valor suficiente para decirte que por un lamentable accidente te quité lo más grande que uno puede tener.

No me importa si tengo que pasar el resto de mi vida aquí, sí lamento todo el daño que he hecho Sobre todo a Gabriel y a Patricia y a todos los familiares. Dicen que fue todo premeditado, pero no es así. Lo que pasó es que no puede sacar (…) para decirlo y hacerte tanto daño diciéndotelo, me metí en una bola cada vez más grande, ya sabes que con pastillas lo intentaba quitar de mi cabeza, pero no quiero excusarme. Lo que hice está muy mal y no hay excusas que valgan. Quiero pediros perdón a todos, sobre todo a vosotros y a Patricia.

De todo corazón, perdón.

Espero que algún día en vuestro corazón me perdonéis.

Ana.

El citado diario describe en la nota que acompaña la carta que publica que las compañeras de Ana Julia, en la prisión, la recibieron pintando pescaítos en las paredes.

“Luego, decidieron turnarse para dormir con ella para que no se identificase a la presa que tenía que vigilarla. Nadie quería saber nada de ella. Eso sí, nadie dentro de la prisión de Almería quería que se le olvidase el crimen que días antes había confesado a la Guardia Civil: el asesinato del pequeño Gabriel”.

Agrega que Ana Julia, días después, sentada en su celda, tuvo tiempo de reflexionar y escribió las citadas cartas.

El diario que la cita “Ya sabes que con pastillas lo intentaba quitar de mi cabeza” es uno de los puntos clave de la investigación en contra de la confesa asesina.

Recuerda que el día en que fue detenida, casi dos semanas después de la desaparición del pequeño, los agentes hallaron en el interior del vehículo de Ana Julia una enorme bolsa, repleta de ansiolíticos.

“Desde el primer momento, los agentes supusieron que este podía ser un detalle que indicase solo una cosa: que la mujer drogó a Gabriel, que le suministró algún tipo de narcótico antes de matarle. El informe de la autopsia lo descarta, puesto que en el cuerpo de Gabriel no se hallaron restos de este tipo de sustancias. Por eso, Ana Julia utiliza este tipo de mensajes en la carta a su expareja para poder armar su coartada de que todo fue un accidente. Ese extremo no lo contempla el juez”, dice la historia del diario El Español.

Los informes forenses ratificaron la muerte por asfixia de Gabriel

En las anteriores misivas, dirigidas a Ana Rosa Quintana, Ana Julia se auto inculpa, se coloca en el centro de los hechos como principal responsable de la muerte del pequeño Gabriel. Algo similar a lo que aquí narra la asesina confesa del pequeño.

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