TRÍPOLI. Tres naufragios y casi 180 muertos o desaparecidos en cinco días en el Mediterráneo. El ritmo de partidas de migrantes, sobre todo africanos, desde Libia se aceleró tras un acuerdo europeo con el objetivo de disuadir para que no se hagan estas travesías.
Este martes, un nuevo naufragio reeditó el drama humano de la inmigración clandestina. Al menos siete personas, dos de ellas niños, perecieron y 123 fueron socorridas, después que su embarcación naufragara cerca de las costas libias.
Los cadáveres de los cinco migrantes no pudieron ser recuperados al llegar una embarcación libia, señaló su capitán. Otros dos niños fueron encontrados muertos a bordo sin que se conozcan más detalles.
El domingo, 63 migrantes desaparecieron tras naufragar su embarcación neumática con 104 personas a bordo frente a Libia, indicó este martes a la AFP el portavoz de la Marina libia, citando a los rescatados.
Según el general Ayub Kacem, fueron rescatados 41 migrantes con chalecos salvavidas. “Los guardacostas no hallaron cuerpos en el lugar”, precisó.
La embarcación zozobró frente a las costas de Garabulli, unos 50 km al este de Trípoli.
Esta región es desde hace unos meses el principal punto de salida de embarcaciones neumáticas repletas de migrantes que quieren intentar la peligrosa travesía del Mediterráneo para llegar a Italia, distante unos 300 km.
Además de los 41 rescatados, un navío de los guardacostas libios atracó el lunes en Trípoli con otros 235 migrantes a bordo -incluyendo 54 niños y 29 mujeres-, rescatados en otras dos operaciones en la misma zona.