SANTO DOMINGO. La Fiscalía de Santo Domingo Este, hasta febrero del 2015, era la más grande del país, porque atendía no solo los hechos delictivos ocurridos en ese municipio sino también Santo Domingo Oeste y Norte. Por la composición territorial sumado al desastre de palacio de justicia que tiene, figuró un gran reto para quien asumiera la titularidad de la Fiscalía.

Olga Diná Llaverías, desde hace 15 años pertenece a la carrera del Ministerio Público y fue elegida mediante concurso para dirigir Santo Domingo en 2012, y desde entonces se ha caracterizado por ir a investigar los hechos delictivos junto a los fiscales a su cargo. Ha litigado algunos casos, pero únicamente en la fase inicial, o sea, medida de coerción.

Abogados y usuarios del sistema valoran positivamente la gestión de Diná Llavería pese a la carencia de una estructura física que permitiera tanto a los jueces como a los fiscales desempeñar su labor de una manera más digna.

Aunque ha tenido que lidiar con muchos casos de delincuencia común y criminalidad organizada, sin lugar a dudas que la investigación por los actos de corrupción a lo interno de la Oficina Metropolitana de Servicios de Autobuses (OMSA) que detonó a raíz del asesinato del catedrático universitario Yuniol Ramírez, figura como el caso más sonoro a su cargo.

La trascendencia del caso no es solo porque territorialmente hubo una disputa resulta recientemente, fue declinado al Distrito Nacional, sino porque al tener como principal imputado al exdirector de la OMSA, Manuel Rivas, muchos abogados consideraron que dicha investigación debía estar a cargo de la Procuraduría Especializada en Persecución de la Corrupción Administrativa (PEPCA), pero el procurador general de la República, Jean Alain Rodríguez, dispuso que el caso por el cual se está a la espera de un auto de apertura a juicio sea dirigido por ella.

En la gestión de Diná Llaverías se desmintió una denuncia que ha estado de boca en boca. El robo de niños y su posterior asesinato para extraer sus órganos y traficarlos.