La mató una sociedad que cada vez se prostituye más, la mataron sus padres, la mató Marlin y la mató Marlon.
Ahora la mata el Ministerio Público y cuando se dicte sentencia la matarán los jueces.
Doce (12) años tenía Emely cuando sus padres le permitieron tener novio, la colocaron en estado de vulnerabilidad ante una sociedad podrida y la pusieron a merced de dos peligrosos ciudadanos.
¿Dónde estaba el bravucón de Genaro, padre de Emely, cuando su niña andaba en amores con sus sepultureros?
¿Dónde estaba doña Adalgisa, noble mujer, cuando su niña Emely andaba calle arriba, calle abajo con su príncipe negro?
Padres irresponsables!!
Sé que están destrozados, pienso yo, más por sus irresponsabilidades paternales que por el crimen, pues a ellos es que primero se debería condenar por violar las disposiciones de la ley 136-03 por dejar en estado de vulnerabilidad a su «niña».
Que comparezca ante la justicia la sociedad y sea también condenada!! Esa misma sociedad promotora del uso de condones para «evitar» embarazos, en vez de promover los estudios hasta su culminación y propiciar matrimonio digno, promover trabajo decente antes que auspiciar el ejercicio del «derecho» a dar su dignidad por dinero.
Esta sociedad asquerosa, que se prostituye y prostituye a las «Emelys» no cabe en el espacio de ese tribunal terrenal, debe ser enjuiciada en cada hogar, en la conciencia, si algo queda, de los Genaros y las Adas.
Marlin es culpable de todo, nada le sobra, violó todo, nada le falta, es mala, pero con derecho al arrepentimiento para que salve su alma.
Mujer prototipo de la egolatría, pedante, arrogante, faláz, insensible, mentirosa, modelo de Agripina, mujer de Claudio y madre de Nerón, émula de Jezabel. Ella mató a su hijo moralmente, lo malcrió, fue como Elí, sacerdote pusilánime en tiempos de Samuel, fraguó en parte la trama, despreció el nieto que Emely le daría fruto de la descarga de placer inmoral que le inoculó Marlon con anuencia de ella.
Marlin mató a Emely, a Marlon, a dos familias, a la parte buena de la sociedad y quizo matar a la justicia, de hecho ya moribunda.
Marlon hizo lo que su madre le enseñó, no tener aprecio a la vida de los demás, e hizo lo que los padres de Emely le permitieron, violarla y apagarle una vida que Genaro y Ada no supieron mantenerle prendida.
A Emely la mató un Ministerio Público rudimentario, carente de preparación académica, jurídica, investigativa e inmoral.
Ojalá y la justicia no dicte sentencia por capricho, ni por presión mediática, menos por miedo, que aplique las sanciones que solo las leyes dispongan.
Que la sociedad Dominicana saque conclusiones de lo mal que estamos y quienes tengan a sus Emelys y a sus Marlon los guíen bajo preceptos bíblicos y morales, para no ser parte del dolor que se exhibe en un juicio como el del caso Emely Peguero!!
Señor ten misericordia de la República Dominicana!! Pastora LUCY Cosme