Filosofía del Lenguaje.

Por: Juan Mota (MA)

Al pretender profundizar sobre el tema “Filosofía del Lenguaje”, creo que lo más atinado es definir cada concepto por separado, de tal manera que se pueda lograr al final una mejor intelección y cohesión del tema.

¿Qué es filosofía? Etimológicamente esta palabra viene del griego filo=amor y sophia=sabiduría, es asi como se definiría como la ciencia que trata sobre el amor a la sabiduría. Se entiende este concepto como el conjunto de disquisiciones, conceptualizaciones y reflexiones sobre temáticas trascendentales como son: las esencias, las cusas y los efectos, el ente, el esse, la ontología, la naturaleza, el pensamiento, la verdad, la cuestión ético-moral, el lenguaje, la metafísica y la belleza. La filosofía como ciencia tiene un campo de estudio vastísimo, tan amplio y grande como los cambios y fenómenos dialecticos que se producen en la naturaleza, las sociedades y el pensamiento humano.

¿Qué es el lenguaje? Es definido como la capacidad que posee el ser humano para expresar lo que piensa y lo que siente, lo que intuye y lo que crea, a través de la palabra oral o escrita. También se define como el conjunto de signos surgidos de una puesta de acuerdo entre los seres humanos que tengan la capacidad de permitir la posibilidad de permitir la comunicación y que realmente todos podamos entendernos. Sócrates influyó grandemente en la construcción de este modo de filosofar con la incorporación de su método mayéutico.

Una vez hemos definido estos dos conceptos se dan las condiciones para argumentar lo que significa “Filosofía del Lenguaje”. En sentido estricto se define de esta manera la parte de la filosofía que ausculta las áreas más profundas y sensibles del lenguaje en su relación  con la naturaleza, el pensamiento, lo referencial, lo hermenéutico, lo semántico y lo lexicológico.

Su misión  es profundizar e investigar los fenómenos relacionados con la verdad y el razonamiento, dando mucha importancia a lo comunicacional y a lo metalingüístico. Todo adquiere fuerza en el siglo XX cuando se produce el llamado “Giro Lingüístico”. L. Wittgenstein en su “Tractatus” habla de dos elementos esenciales: la realidad (res) y el pensamiento (cogito) fortaleciendo de esta manera los llamados “juegos del lenguaje” como forma de ahondar en la aprehensión de la realidad y la verdad.

El lenguaje para él es un intento perpetuo del ser humano por reflejar y entender la realidad y la verdad que lo rodea. Ya en un segundo momento nos dice “sobre lo que no se puede hablar es mejor callarse”, como una forma de manifestar la trascendentalidad de la palabra. En su libro “Las Investigaciones Filosóficas” expone de forma magistral el alcance del uso del lenguaje como posibilidad indispensable para accesar a la verdad. El pondera la relación existente entre la realidad y el pensamiento, siempre bajo el cobijo de la palabra, lo descriptivo, lo semiótico y lo semántico.

La filosofía del lenguaje centra su accionar en el uso que se hace de la comunicación oral o escrita con miras a llegar al ser mismo de los entes y las cosas, extrayendo a partir de la dimensión semántica la substancia de las mismas. Evidentemente todo esto busca el desvelamiento de la verdad (aletheia) y la plenificación del espíritu. Apel, Habermas y Adorno juegan un papel esencial en la construcción de este discurso filosófico centrado en el lenguaje como ente de remisión.