ESTADOS UNIDOS.- El cáncer de mama triple negativo, el menos frecuente y el más agresivo porque carecía de biomarcadores contra los que dirigir los nuevos tratamientos, está en el punto de mira de la inmunoterapia ya que un grupo de pacientes responden a esta estrategia que estimula el sistema inmune contra el tumor.
En la reunión de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO), que se celebra en Chicago hasta mañana, se han confirmado los resultados del estudio en fase III IMPassion130.
Este ensayo evalúa la supervivencia global para el tratamiento inicial de pacientes con cáncer de mama triple negativo con metástasis o localmente avanzado sin posibilidad de cirugía.
Las pacientes que responden al anticuerpo monoclonal atezolizumab, de Roche, son aquellas que sí expresan un biomarcador o diana, la proteína PD-L1, que frena al sistema inmune para que luche contra la células tumorales y contra la que se dirige el fármaco inmunoterápico.
Participaron 900 mujeres y el 40% presentaron PD-L1 positivo, mientras que en otros tipos de cáncer de mama más comunes no se ha detectado por ahora esa diana.
Para el grupo de pacientes con PD-L1 se mejora la supervivencia global en siete meses, un gran avance en “un escenario desesperado” ante una esperanza de vida de 18 meses en mujeres jóvenes con metástasis, según el doctor Antonio Llombart, jefe del Servicio de Oncología del Departamento de Salud Arnau de Vilanova en Lérida.
“Puede no parecer mucho pero incrementa sus expectativas de vida un 30% y es la primera vez que estamos en condiciones de ofrecer una terapia con una magnitud de beneficio de tal calado”, subrayó.
En el ensayo se combina la inmunoterapia con quimioterapia que, como ha ocurrido en otros tumores tratados con este tipo de fármacos, tiene un efecto potenciador contra el avance de la enfermedad.
“Otra ventaja del uso de la inmunoterapia en estas pacientes es su perfil de seguridad. Apenas hay diferencias de toxicidad entre las tratadas con atezolizumab y las que no lo recibieron. No añade, por tanto, toxicidad a la quimioterapia”, indicó el oncólogo a un grupo de periodistas.
Estos resultados requerirán nuevos estudios, aunque la agencia reguladora del medicamento en Estados Unidos, la FDA, otorgó el pasado mes de marzo a esta fármaco la aprobación acelerada ya que es el primero que arroja resultados en este grupo concreto de mujeres.
En esta reunión de la oncología mundial también se han presentado los resultados del estudio en fase III Cleopatra, de Roche, que confirma la larga supervivencia, algunas ocho años, de mujeres con cáncer de mama metastásico del subtipo HER2, el 20% de todos los tumores de mama, no tratadas previamente.
El ensayo refleja una mediana de beneficio en la supervivencia global de 57 meses al ser tratadas con dos fármacos de terapia dirigida, pertuzumab y trastuzumab junto a quimioterapia, que redujeron el riesgo de muerte en un 31%.
“De forma global no podemos hablar de cronificación de la enfermedad en cáncer de mama metastásico, pero sí que ya hay un 20-25% de las pacientes en las que podemos hablar de una enfermedad crónica”, argumentó el oncólogo Javier Cortés del Hospital Ruber Juan Bravo de Madrid.
“Es una buena noticia, no olvidemos que hace 15 años la mediana de supervivencia de estas pacientes era de 15 a 18 meses, hoy ya estamos hablando de medianas por encima de los cinco años”, destacó el especialista.