WASHINGTON.- El déficit en el comercio internacional de bienes y servicios de Estados Unidos bajó un 0,3 % en junio hasta los 55.200 millones de dólares, pero el acumulado del primer semestre aumentó un 7,9 % en medio de la disputa comercial con China.
El dato del Departamento de Comercio de junio es algo superior a las previsiones de los analistas, que habían anticipado un déficit de 54.400 millones de dólares.
Las exportaciones descendieron un 2,1 % en junio, hasta los 206.300 millones de dólares; mientras que las importaciones disminuyeron un 1,7 %, hasta los 261.500.
El descenso en ambos indicadores muestra tanto la desaceleración en EE.UU. como una mayor debilidad de la demanda externa.
En el acumulado del año, sin embargo, el déficit se elevó un 7,9 % respecto a los primeros seis meses del año pasado.
El déficit con China, muy sensible políticamente por la guerra comercial desatada por el presidente estadounidense, Donald Trump, se redujo un 0,8 % en junio, hasta los 30.000 millones de dólares.
Por su parte, el saldo negativo en el comercio con México ascendió a 9.800 millones de dólares, récord histórico.
En los primeros seis meses del año, el déficit de EE.UU. con México es un 34 % más alto que hace un año mientras que con China se redujo un 10 %.
El informe se conoce un día después de que Trump volviera a agitar la guerra comercial con Pekín con la imposición de nuevos aranceles del 10 % sobre las importaciones chinas valorados en 300.000 millones de dólares desde el 1 de septiembre.
El mandatario llegó a la Casa Blanca con la promesa de reducir el abultado déficit comercial en el país, pero tras más de dos años en el cargo no ha logrado reducir el desequilibrio.
Pese a las promesas de Trump de reequilibrar el déficit que, a su juicio, responde al trato injusto que le dan sus socios comerciales, lo cierto es que no ha logrado reducirse y cerró 2018 en el mayor registro desde 2008.
De hecho, los economistas consideran que la balanza comercial no es un indicador significativo de la salud económica de un país.
Estados Unidos, como primera economía mundial, suele ver cómo aumentan históricamente los déficit durante las épocas de bonanza al incrementar el apetito de los estadounidenses por las importaciones.
La disputa entre las dos mayores economías mundiales tiene consecuencias en todo el mundo, y ambas han visto reducido su ritmo de crecimiento en los últimos meses.
La economía estadounidense se ralentizó en el segundo trimestre, según el primer cálculo oficial, a un ritmo anual del 2,1 % frente al 3,1 % registrado previamente en el comienzo del año.
En sus últimas previsiones de crecimiento global, el Fondo Monetario Internacional (FMI) rebajó sus proyecciones de expansión global al 3,2 % este año, una décima menos que en abril, como consecuencia de las “tensiones comerciales” entre Washington y Pekín.
La magnitud de esta guerra comercial fue uno de los argumentos empleados por la Reserva Federal (banco central) para rebajar los tipos de interés en EE.UU. hasta el rango de entre el 2 % y el 2,25 %, el primer recorte en más de una década.
“Tiene la intención de actuar como seguro contra los riesgos de un crecimiento global débil y la incertidumbre en las políticas comerciales, ayudar a compensar los efectos que estos factores están teniendo sobre la economía, y promover un retorno más rápido de la inflación a nuestro objetivo del 2 %”, afirmó Jerome Powell, presidente del banco central al explicar la decisión.