RECIFE, BRASIL.- La Policía Federal de Brasil desarticuló este jueves una red de narcotráfico que operaba en los estados de la Amazonía y contaba con pistas clandestinas de aviones para transportar la droga, según informaron las autoridades.
La denominada “Operación Techo Bajo”, en alusión a los vuelos de poca altura de las aeronaves para esquivar los radares, cumplió 106 órdenes de prisión y allanamientos en los estados de Amazonas, Maranhao, Mato Grosso do Sul, Pará, Tocantins y Roraima, todos en la región amazónica, y en Goiás (centro).
Las órdenes fueron expedidas por el Juzgado de Estupefacientes y Organizaciones Criminales del estado de Roraima, después de una investigación policial iniciada en 2016, cuando una aeronave que transportaba droga cayó en el municipio de Caracaraí y sus ocupantes huyeron en medio de la selva.
La Justicia determinó treinta órdenes de prisión preventiva, seis de arresto temporal, 27 de allanamiento, siete de intervención en inmuebles rurales irregulares y otras 36 de confiscación de bienes y materiales, que incluyen el decomiso de las 18 aeronaves, teléfonos móviles, computadores y vehículos, entre otros.
Las propiedades y movimiento en las cuentas bancarias de los implicados, según la Policía, ascienden a 290 millones de reales (unos 72,5 millones de dólares).
En el operativo, que se inició en la mañana de este jueves, fueron desplegados 200 agentes de la Policía Federal en los siete estados.
En 2017, a partir de los primeros indicios de que se trataba de un red de gran magnitud al servicio del narcotráfico, la institución realizó tres acciones en las que se incautó media tonelada de cocaína en Roraima, Pará y Tocantins.
Según la investigación, cada vuelo de las 18 aeronaves de la red transportaba en promedio 550 kilogramos de la droga, que llegaba al país por el municipio de Sao Gabriel da Cachoeira, en el estado de Amazonas y fronterizo con Colombia.
Los aviones usaban diferentes pistas clandestinas en Roraima y desde allí partían con la droga para la región central del país.
Las investigaciones identificaron tres núcleos en la red: uno familiar en el que estaban los líderes del grupo criminal y era el encargado de las finanzas, otro de logística que tomaba cuenta de las pistas y la clonación de aeronaves y el tercero integrado por pilotos con experiencia en la selva.
Después de las acciones policiales en 2017, el comando de las operaciones que estaba en Sao Gabriel da Cachoeira fue trasladado a Santarem, en el también estado amazónico de Pará.
En algunos de los videos que estaban en uno de los teléfonos móviles confiscados se ve cómo los responsables de las pistas dan orientaciones sobre las condiciones técnicas y climáticas para los aterrizajes y graban algunos vuelos rasantes.