BRASIL. El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, preso desde el pasado mes de abril en Curitiba, será interrogado de manera presencial el próximo 11 de septiembre en esa ciudad por el juez federal Sergio Moro para responder por otro caso de corrupción, informaron hoy fuentes oficiales.
Será la primera vez, de no verse beneficiado por alguna cautelar hasta ese día, que el exmandatario abandonará la sede policial en la que permanece recluido desde el pasado 7 de septiembre para cumplir una pena de 12 años y un mes de prisión por corrupción pasiva y lavado de dinero.
La decisión de interrogar al exgobernante (2003-2010) fue tomada hoy por el juez Moro, encargado en primera instancia de los procesos relacionados con el escándalo de corrupción destapado en la petrolera estatal Petrobras y quien ya condenó y ordenó el encarcelamiento del carismático líder.
El magistrado emitió hoy un oficio para que la Policía Federal tome las “providencias necesarias para la realización de escolta” de Lula desde su celda hasta la sede de los juzgados de primera instancia de Curitiba, en el sur del país, donde se realizará la audiencia.
Moro interrogará a Lula en persona, algo que ya ha hecho en otras dos ocasiones, al respecto de uno de los seis procesos penales que el exjefe de Estado aún tiene abiertos con la Justicia, la mayoría por sospechas de corrupción.
En este caso en particular Lula responde de nuevo por los delitos de corrupción pasiva y lavado de dinero al supuestamente haberse beneficiado de las reformas millonarias que dos constructoras, Odebrecht y OAS, realizaron en una casa de campo cuya propiedad se le atribuye en Atibaia, en el interior del estado de Sao Paulo.
En la causa por la que ya fue condenado, el juez Moro y un tribunal de apelación superior dieron por comprobado que el máximo líder del Partido de los Trabajadores (PT) recibió en concepto de soborno un apartamento de tres plantas de parte de OAS, implicada en los desvíos destapados en Petrobras, como Odebrecht.
Lula, que aún pretende presentarse a las elecciones presidenciales de octubre, pese a que su candidatura está virtualmente anulada, niega todas las acusaciones y sostiene que la investigación es una “mentira” organizada para evitar su vuelta al poder.
En paralelo, un tribunal brasileño aplazó la semana pasada por tiempo indefinido otro interrogatorio al que iba a ser sometido Lula por el juez que lo investiga en otro caso en el que se le acusa de haber favorecido a la empresa que se adjudicó el contrato para 36 cazabombarderos.
Desde que fue preso, Lula solo tuvo una aparición pública el pasado 5 de junio, cuando fue interrogado, como testigo y por videoconferencia, en un caso que investiga si Río de Janeiro fue escogida como sede de los Juegos Olímpicos de 2016 gracias al pago de sobornos a delegados del Comité Olímpico Internacional (COI).