BEIJING. Estados Unidos y China lanzaron el viernes lo que Beijing llamó “la mayor guerra comercial en la historia económica”, con la imposición recíproca de aranceles por miles de millones de dólares en bienes en medio de una disputa creciente sobre tecnología.
El gobierno estadounidense busca castigar a China por tácticas de desarrollo que según Estados Unidos incluyen robar tecnología o presionar a las empresas extranjeras a entregarla. A las autoridades de Estados Unidos les preocupa que el liderazgo industrial del país se vea erosionado por los planes chinos de crear avances tecnológicos en campos que incluyen robótica, biotecnología e inteligencia artificial.
La primera ronda apunta a los bienes industriales chinos, no a los productos de consumo, en un intento por limitar el impacto en los hogares estadounidenses, pero las empresas que dependen de componentes o maquinaria china al final tendrán que trasladar el costo a los clientes.
El Ministerio de Exteriores de China dijo el viernes que también entraron en vigor los “aranceles en represalia”, pero no dio más detalles. El diario oficial People’s Daily informó que los impuestos se impusieron a una lista de bienes difundida el mes pasado que incluía soya, carne de cerdo y vehículos eléctricos. Los agricultores de soya están particularmente preocupados porque el precio de su producto ha caído 17% en los últimos meses ante el temor de los aranceles.
Washington “ha iniciado la mayor guerra comercial en la historia económica”, dijo el Ministerio de Comercio en un comunicado. Durante una visita oficial a Bulgaria, el primer ministro chino y segundo al mando en el gobierno, Li Keqiang, dijo que “nadie gana peleando en una guerra comercial, sin embargo China tomará las medidas en respuesta para enfrentar decisiones unilaterales”.