La Plaza de la Cultura “Juan Pablo Duarte” luce como un depósito de materiales de construcción debido a los escombros y el deterioro progresivo de los stands y pabellones de la Feria Internacional del Libro de Santo Domingo 2018 que no han sido retirados.
A 80 días de la clausura del evento, el principal escenario del arte y la cultura dominicana parece un lugar olvidado. En un recorrido, elCaribe contó 214 stands, seis pabellones y dos casetas de información que aún están montados en el lugar. Algunos de estos espacios muestran un alto grado de deterioro; mientras que frente al Museo de Historia Natural permanecen los escombros del montaje ferial que se realizó en el interior de esta estructura.
Este deplorable escenario tiene una razón. “Lo que ha pasado con el caso del desmonte de las casetas no es que no hay fondos ni que no se le ha pagado a un trabajador o empleado, ni nada de eso. La razón tiene que ver con los pagos a los contratistas”, justificó la directora de la Feria del Libro, Ruth Herrera.
Dijo que el retraso en los pagos se debe a que los expedientes tienen que atravesar por un proceso ajustado a la ley de compras y contrataciones que no ha concluido. Herrera alegó que la dificultad corresponde a los procesos que lleva a cabo el Ministerio de Cultura con los estamentos de control del Estado, Contraloría y Auditoría, y que mientras estos no se terminen, los contratistas no desarmarán lo que queda de la feria.
Sostuvo que de no agotar el procedimiento establecido de pago, se duplicaría el costo que fue presupuestado para la FILSD 2018 (RD$ 80 millones). Tras disculparse por la situación, la funcionaria dijo que los únicos afectados son los contratistas, pues las casetas pertenecen al Ministerio de Cultura y su estadía en la Plaza de la Cultura no representa ningún costo nuevo.
La Plaza de la Cultura acoge el Teatro Nacional, los museos del Hombre Dominicano, de Arte Moderno, y de Historia y Geografía. Además, están la Biblioteca Nacional Pedro Henríquez Ureña, la Cinemateca Dominicana, Cinema Café, el restaurante Maniquí, las oficinas de la Feria del Libro y la Gobernación de la Plaza de la Cultura. Los alrededores de estos espacios, con excepción del Teatro Nacional, única área en ser despejada, se han visto afectadas en sus calles y aceras por las casetas y pabellones.