Santiago.-Al tener que vivir toda una vida con el recuerdo de ser abusados, una gran parte de los niños violados, arrastran problemas psicológicos que en muchos de los casos deben ser tratados psicológicamente porque devienen en intentos de suicidio.
En los primeros siete meses de este año, la Unidad contra Violencia de Género de la Fiscalía de Santiago ha atendido 350 casos de niños y niñas abusados.
Mensualmente llegan 50 denuncias de este tipo.
Uno de los casos es el de una niña de apenas 11 años de edad que fue estuprada por un anciano de 70, en el distrito municipal Canabacoa del municipio Puñal.
El trauma es tal, que la adolescente ha intentado suicidarse en varias ocasiones.
Otro caso, es la violación que degeneró en embarazo por parte del progenitor de una niña, también de 11 años. El abusador, José Nicolás Tavárez López, de 54 años, guarda prisión preventiva.
De acuerdo a Gladisleny Núñez, de la Unidad contra Violencia de Género, al menos un 80% de las víctimas sufre consecuencias psicológicas negativas.
En la mayor parte de los casos, el abuso sexual infantil suele ser cometido por familiares: padres o hermanos mayores; es el incesto propiamente dicho. O por personas relacionadas con la víctima, como profesores, entrenadores, vecinos o tutores.
De los 40 casos de violaciones sexuales contra niños, niñas y adolescentes registrados en los primeros tres meses de este año en la provincia de Santiago, nueve tuvieron que ver con incestos cometidos por padres o tíos.
“El alcance del impacto psicológico va a depender del grado de culpabilización del niño por parte de los padres, así como de las estrategias de afrontamiento de que disponga la víctima”, apunta la representante del Ministerio Público.
Núñez, recuerda que el abuso sexual de menores se refiere a cualquier conducta sexual mantenida entre un adulto y un menor.
Las conductas abusivas, que no suelen limitarse a actos aislados, pueden incluir un contacto físico (genital, anal o bucal)
Especialistas de la conducta como los psicólogos, concuerdan en que la situación habitual incestuosa suele darse, al comienzo con caricias; un paso posterior a la masturbación y al contacto buco genital; y solo en algunos casos, una evolución al coito vaginal, que puede ser más tardío.
En general, las niñas tienden a presentar reacciones ansioso-depresivas; los niños, muestran fracaso escolar y dificultades inespecíficas de socialización.
No deja de ser significativa la influencia de situaciones de estrés adicionales, como consecuencia de la revelación del abuso, sobre la estabilidad emocional de la víctima.
Aunque es de conocer que no todas las personas reaccionan de la misma manera frente a la experiencia de victimización.
El abuso sexual en la infancia es un fenómeno invisible porque se supone que la infancia es feliz, que la familia es protectora y que el sexo no existe en esa fase de la vida, pero en la actualidad hemos visto como se visibiliza el abuso sexual frecuente, en perjuicio de menores de edad, los cuales tienen hasta intentos suicidas como secuela emocional del hecho cometido en su perjuicio.