La Escuela Nacional de la Judicatura (ENJ) celebró este viernes su vigésimo aniversario con una misa de acción de gracias oficiada por Monseñor Víctor Masalles, durante la cual el presidente del Poder Judicial y de su Consejo Directivo, doctor Mariano Germán Mejía, destacó la consolidación y el posicionamiento de la academia.

“Ha sido su trabajo el que ha permitido que la Escuela sea una institución fuerte y que de manera abierta y transparente haya cumplido su misión; así como un brazo fuerte en el cual se ha podido apoyar el Poder Judicial, para fortalecer las competencias de todos sus servidores”, dijo el presidente de la Suprema Corte de Justicia y del Consejo del Poder Judicial.

Indicó que sus aportes llegan hasta los usuarios del servicio de justicia, que son, en definitiva, los destinatarios finales de sus proyectos de formación y  capacitación.

El magistrado Germán Mejía motivó a los directivos de la ENJ, su personal docente y técnico a asumir el reto de continuar su trabajo con el mismo entusiasmo y vocación de servicio.

Mientras que el Obispo de la Diócesis de Baní, monseñor Masalles, rogó a Dios para que siga fortaleciendo a esa institución encargada de formar a los administradores de justicia.

Al pronunciar su homilía, Masalles pidió para que cada día más se dignifique la figura del juez, y por que la justicia no se vea como un castigo sino como una terapia moral.

El religioso calificó como una bendición la formación  que reciben los jueces y juezas en la ENJ, donde son capacitados, y los animó a no solamente darle a cada quien lo que se merece, sino lo que necesita.

Asimismo, consideró que el juez necesita ayuda divina y tiene que aprender a tener chispa, que sepa descubrir en cada momento lo que está  pasando y administrar bien para ayudar a todo y cuanto lo rodea.

“Y tenemos que dignificar cada vez más la figura del juez, porque el juez debe representar al Dios que lo escucha todo y que lo conoce todo, por lo tanto formen, sigan formando jueces, les animo a que oficiemos la misa de los 40 años, habiendo formado a una pléyade de jueces, pero también pidamos para ellos sabiduría, no solo conocimiento; es rectitud, honestidad, es verdad ante Dios”, puntualizó el Obispo Masalles.

La misa fue encabezada por el presidente del Consejo Directivo de la Escuela Nacional de la Judicatura y del Poder Judicial, magistrado Mariano Germán Mejía, quien durante las palabras de agradecimiento, dijo sentirse satisfecho con los resultados alcanzados por esa academia durante sus 20 años de existencia.

La primera lectura estuvo a cargo de la Jueza Isabel Guzmán, el Salmo responsorial fue pronunciado por la magistrada Arelis Ricourt, mientras que las peticiones estuvieron a cargo de la consejera Sara Henríquez Marín.

Durante la eucaristía fueron ofrendadas 20 rosas, en representación de cada año de la ENJ, una Biblia, una pareja de egresados de esa academia, un velón, cuadros con la misión, visión y valores de la Escuela y el Pan y el Vino.

En la actividad estuvieron presentes además del presidente del Poder Judicial, los jueces de la SCJ jueces Esther E. Agelán Casasnovas, Pilar Jiménez Ortiz y Blas Fernández.

Asimismo, los consejeros del Poder Judicial Sara Henríquez Marín y Leonardo Recio Tineo; la directora de la ENJ, doctora Gervasia Valenzuela Sosa, el subdirector Jacinto Catillo Moronta, la directora de la Oficina Nacional Defensa Pública, doctora Laura Hernández Román, entre otros invitados especiales.

La Escuela Nacional de la Judicatura fue creada el 11 de agosto de 1998 tras la promulgación de la Ley 327 sobre Carrera Judicial. Su primer director fue el doctor Juan Manuel Pellerano, luego le siguió el doctor Luis Henry Molina, cargo que ostenta actualmente la doctora Gervasia Valenzuela Sosa.