Prince Rupert, ubicado al noroeste de Canadá, es el puerto internacional que mejor está aminorando la tormenta comercial de Donald Trump en la zona de América del Norte con salida al océano Pacífico.
En este puerto hay una sola panadería en la ciudad de 12 mil habitantes ubicada en un rincón neblinoso del noroeste de Canadá. A la tienda local de Walmart se le da el cariñoso nombre de ‘Smallmart’.
Los frentes cerrados de los comercios situados en la calle principal son obstinados recordatorios de la caída de sus industrias de pasta de papel y pesca hace más de una década.
Sin embargo, este lluvioso puesto de avanzada de Columbia Británica es el puerto de más rápido crecimiento del continente para el comercio transpacífico, por lo que no le importan mucho Trump y sus aranceles.
En el primer semestre de 2018, los volúmenes de contenedores de Prince Rupert crecieron 19 por ciento anual, más que en cualquier otro puerto importante para el comercio asiático de Estados Unidos, Canadá o México.
“Yo preferiría llamar a esto traspiés”, dijo Maksim Mihic, responsable en Canadá del operador marino con sede en Dubái DP World, respecto de la guerra comercial de Trump.
Una compañía pagó 442 millones de dólares hace tres años para comprar Fairview, la incipiente terminal de contenedores de Prince Rupert que está quitándoles cuota de mercado a puertos rivales como Seattle-Tacoma y Los Ángeles.
“Siempre que se tiene una barrera comercial, hay una oportunidad: el mercado encontrará una salida”.
Los transportistas han descubierto que Prince Rupert a menudo es la ruta más rápida, confiable y barata para llevar calzado deportivo Nike, computadoras de Microsoft y repuestos para tractores John Deere desde las fábricas asiáticas al interior del territorio estadounidense.
A su vez, los contenedores vacíos en el viaje de regreso ofrecen a los productores canadienses de madera y granos la oportunidad de extender sus exportaciones a los mercados de más rápido crecimiento del mundo.
La proximidad de la ciudad a Asia es una ventaja –está a 58 horas más cerca por mar que cualquier otro puerto norteamericano-, lo que para los buques que recorren esa ruta puede significar aproximadamente un viaje de ida y vuelta más por año.
Puerto en crecimiento. En 2017, los volúmenes de Prince Rupert se incrementaron 28 por ciento a un récord de 24 millones de toneladas. La expansión de 152 millones de dólares de DP World puso a Fairview en condiciones de recibir a las embarcaciones más grandes del mar, las preferidas por los transportistas que buscan cargar más contenedores para reducir costos.
En cuestión de meses, la terminal recibió al buque más grande que haya atracado en un puerto canadiense, el Himalayas, que ubicado en forma vertical superaría al edificio más alto de Canadá.
“Prevemos que será otro año récord”, dice Shaun Stevenson, máximo responsable del puerto. “Representamos la oportunidad para que las industrias giren y miren la región Asia-Pacífico”.