La economía de Turquía enfrenta problemas que se están sintiendo en los mercados bursátiles. Esos problemas, y particularmente los relacionados con la devaluación de la lira, han sido los indiscutibles protagonistas en los mercados durante la semana pasada y el comienzo de esta. La debacle de la lira ha dejado en un segundo plano los movimientos que está registrando el yuan frente de al dólar, que ya toca mínimos de junio de 2017.
Los problemas en Turquía han activado el modo risk off en los inversores que están moviendo sus capitales hacia activos denominados en dólares, lo que está ejerciendo una fuerte presión apreciadora sobre el ‘billete verde’.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) aseguró ayer que el gobierno de Turquía no le ha pedido ayuda financiera pese a la abrupta depreciación de la lira y las recientes tensiones comerciales con Estados Unidos.
“No hemos recibido indicación alguna de las autoridades turcas de que estén contemplando solicitar asistencia financiera”, indicó a Efe un portavoz del Fondo, que pidió el anonimato, al comentar la situación.
La frágil situación económica de Turquía, agravada por su alta deuda en divisa extranjera y la gradual subida de tipos de interés en Estados Unidos, ha hecho pensar que Ankara se pueda ver obligada a solicitar ayuda al FMI, tal y como hizo hace unos meses Argentina tras una similar y súbita depreciación del peso.
El FMI ya advirtió en abril, en un informe, que Turquía es uno de los mercados emergente más vulnerables al ajuste monetario en EEUU y a la salida de flujos de inversión.