Raúl Pérez Peña (Bacho)

La cúpula del PLD o “Mancha Morada”, parece ignorar “apota” los mensajes del pueblo dominicano emanados  durante casi 20 meses de Marcha Verde.

Parecen insuficientes las advertencias sistemáticas del rechazo generado en la población dominicana por la corrupción imparable y la impunidad impúdica de casi 20 años de gobiernos morados.

Con multitudes pacíficas y coloridas, el pueblo ha instrumentado la advertencia para que el PLD entienda que el rastro de sus gobiernos provoca repugnancia, igual que los funcionarios corruptos que acumulan millonarias fortunas estrujadas ante los ojos del pueblo.

Basta con videos de los programas televisivos de mayor audiencia o colecciones de periódicos para ver el rosario de hechos punibles cometidos por oficialistas en una y otra gestión morada.

Ninguna condena ejemplar trascendente contra delitos de corrupción acredita al poder judicial dominicano de las últimas dos décadas. Lo pueden lamentar jueces honestos, carentes de la fuerza de la palabra para la denuncia frontal que pueda repercutir.

Mantener el poder gracias a múltiples amarres estrujados a los ojos de la ciudadanía alienta a las dos tendencias moradas a creerse que pueden seguir “pésele a quien le pese”, y, “quien venga atrás que arree”.

Sin ánimo imperativo, aunque reiterativo, se recuerda a las cúpulas moradas que terminó el cuarto de hora para el PLD en el poder.

Aunque el PRM siga inofensivo, y sonriente su faceta del Parlacen, tampoco lograrán “el pacto social” que quisieran como bajadero.

Sin pretender ser intérprete de la Marcha Verde, su lenguaje no necesita traductores. Debieran tratar de escuchar sus pacíficos reclamos. Lo contrario será peor para todos, sin ánimo de apremio o premura.

Mientras tanto, es útil acopiar lo que dicen y hacen unos y otros. Felicitaciones a todos los comunicadores que aportan mucho o poco para que el pueblo no se deje “embaucar”, como decía un joven en 1961.

Los mandamás de la Mancha Morada y del PLD saben que andan igualitos a la “gallina tuerta”.

No más palabras.