Editorial 9-10-2017

Padecemos de una bajo nivel de competitividad que cercena la posibilidad de desarrollo integral de nuestra sociedad y en consecuencia diluye las esperanzas de forjar un verdadero estado de bienestar a nuestros ciudadanos.

Lastimosamente en vez de avanzar estamos retrocediendo, pues en Índice Global de Competitividad 2017-2018  del Foro Económico Mundial la República Dominicana descendió 12 puestos  y se ubicó en el lugar 104 entre las 137 naciones.

 

Nuestro modelo económico es un tanto primitivo, puesto que la innovación, la investigación y la tecnología están ausentes en casi todos los subsectores de nuestro aparato productivo, razón por la cual tenemos un menguado valor agregado en nuestros productos exportables.

El Índice Global de Competitividad del Foro Económico Mundial revela que uno de los factores que más afecta nuestra productividad, es que tenemos una fuerza de trabajo mal educada. Todos sabemos que ese problema se resuelve con buena educación. El gobierno está haciendo esfuerzos ingentes para mejorar la educación pero no lo estamos ayudando.

Las autoridades de Asociación Dominicana de Profesores (ADP) y de la Universidad autónoma de Santo Domingo (UASD) han decidido aniquilar todo intento de mejoría de nuestro sistema educativo. Para ello se han dedicado  a hacer paros laborales, huelgas y desordenes que con frecuencia llegan a la agresión física.

Por suerte, gracias a la diligencia del Andrés Navarro, la ADP y el Ministerio de Educación iniciaron un proceso de diálogo para coordinada  la búsqueda de soluciones a problemas que afectan el desempeño de los docentes y al sistema educativo en general.

Pero la situación de la UASD es insostenible e imperdonable. En lo que va de año se han producido en la sede de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) al menos siete manifestaciones que han obligado a que se suspenda la docencia.

La última suspensión de docencia es la más patética. La misma se produjo por el  apresamiento del presidente de la Federación de Estudiantes Dominicanos (FED), Yimi Zapata, por supuestas estafas a un grupo de estudiantes a quienes enviaron a Estados Unidos con pasaportes falsos.

No entiendo como esa puede ser una razón para suspender la docencia y deberían de ser los mismos estudiantes quienes  le exigieran a su presidente que aclare la situación en los tribunales.

Pero lo que es realmente patético, inaceptables y da pena, es escuchar la grabación telefónica en la que el Rector Iván Grullón prácticamente le implora al presidente de la FED, Yimi Zapata, para que le permite reanudar la docencia.

Eso se llama, debilidad de carácter y falta de autoridad.

En vez de estar pidiendo permiso, el rector lo que debe hacer es botar a todos los estudiantes que protagonizaron ese desorden. Debe comenzar con el tal Yimi Zapata.  ! Sin derecho a reingreso!!!!!!

Si queremos elevar el nivel de vida de los dominicanos tenemos que aumentar nuestro nivel de competitividad mejorando nuestra educación, pero con gremios que solo piensan en sus intereses y con un rector pusilánime no lo vamos a lograr.

Por eso descendimos 12 puestos en el  Índice Global de Competitividad del Foro Económico Mundial, pese al esfuerzo que ha realizado el gobierno para mejorar la educación dominicana.