SANTO DOMINGO. El Gobierno dominicano ha recibido con cautela el llamado a consultas de la recién llegada embajadora de Estados Unidos, Robin S. Bernstein, por parte de la administración del presidente Donald Trump para tratar el tema del rompimiento de las relaciones diplomáticas de la República Dominicana con Taiwán.
Apenas a horas de presentar las cartas credenciales ante el presidente Danilo Medina, la diplomática fue llamada a consultas por su gobierno, al igual que los embajadores de Estados Unidos en Panamá y El Salvador, alegadamente para tratar el mismo tema.
El Poder Ejecutivo no se ha referido al caso, a pesar de los esfuerzos hechos para conocer su parecer.
Sin embargo, el canciller Miguel Vargas Maldonado, al ser abordado sobre el particular, dijo que el llamado a consultas de la embajadora Bernstein es rutinario, parte del proceso de la diplomacia internacional. Aunque no quiso entrar en detalles, el ministro de Relaciones Exteriores indicó que entre el país y Estados Unidos las relaciones son cordiales y que ambos estados trabajan en una agenda de interés común. “Nosotros seguimos con nuestra agenda bilateral con los Estados Unidos. Tenemos una agenda muy intensa y estamos trabajado en eso tanto con el Departamento de Estado como con la embajada norteamericana”, dijo Vargas Maldonado. La Cancillería, en un comunicado expresa: “Entre países amigos y democráticos, llamar a consultas a un diplomático es normal y debe ser respetado”.
No obstante, ha llamado la atención que la embajadora fuera llamada por su gobierno, lo que es interpretado como una señal de preocupación para la administración Trump por el rompimiento de las relaciones diplomáticas de más de 70 años del país con Taiwán y establecer vínculos con China.
El entendido en temas diplomáticos, Nelson Espinal Báez, consideró extraña la forma y la rapidez con que se llamó a la nueva embajadora, justo a pocas horas de haber presentado sus cartas credenciales. “En las relaciones internacionales, el llamado a consultas es entendido como un mensaje diplomático que se utiliza en momentos de tensión, disgusto o crisis, pero no significa el rompimiento de las relaciones diplomáticas. Esto no significa que haya crisis entre República Dominicana, Centroamérica y los Estados Unidos, pero sí preocupación “, dijo Espinal Báez.