Brasil ha apostado por darle la Presidencia del país al ultraderechistaJair Bolsonaro, que se ha erigido como ganador de la elecciones con el 56% de los votos frente al 44% obtenido por el izquierdista Fernando Haddad (PT), tras escrutarse el 92% de los votos.

Este domingo el gigante sudamericano se ha enfrentado al segundo turno electoral en las elecciones más importantes de los últimos treinta años. Los brasileños han avalado en las urnas alcandidato del (PSL), de perfil autoritario, neoliberal, que coquetea con el militarismo.

La sociedad brasileña se encuentra profundamente polarizada y dividida con dos visiones opuestas de los mismos comicios: «Hay que elegir entre el Brasil de las balas -por el ex capitán del Ejército, Jair Bolsonaro- o el de los libros – por el profesor universitario, Haddad», decían los votantes de izquierda. «Hoy es nuestra oportunidad para limpiar el país de la corrupción y volver a hacer a Brasil grande», aseguraban los bolsonaristas horas antes de su triunfo.

En Salvador de Bahía, feudo del Partido de los Trabajadores (PT), los bahianos madrugaron para depositar su voto. Haddad es actualmente el representante de una sigla a la que le acompaña una estela de escándalos de corrupción, y con sus principal líder, Luiz Inácio Lula da Silva, en la cárcel.

En el colegio Luiz Vianna un centenar de electores llegaron una hora y media antes de que se abrieran los colegios. Una gran mayoría de jubilados, que por edad ya no son obligados a votar, insistieron en acudir a las urnas: «Es un día muy importante para Brasil por eso quiero ejercer mi derecho de ciudadana», dijo Julinda Santos (86) al diario Globo.

Con un chaleco antibalas para protegerse y rodeado por un fuerte esquema de seguridad, que tuvo que reforzar tras ser apuñalado al inicio de campaña, el ultraderechista Jair Bolsonaro votó a las 9.15 de la mañana en un colegio de la zona oeste de Rio de Janeiro. El ex capitán del Ejército salió con los brazos en alto haciendo la señal de victoria para los seguidores que se amontonaban en los alrededores de una escuela que fue cercada con rejas para la ocasión.

Fernando Haddad llegó con su mujer a un colegio de la zona sur de Sao Paulo. Para evitar lo que sucedió en la votación de la primera vuelta electoral -cuando varios electores le abuchearon a su entrada- alrededor de doscientos afiliados del PT rodearon el centro y celebraron su llegada con rosas rojas y aplausos. «Vamos a luchar hasta el último minuto», dijo el candidato del PT quien en la última semana consiguió acortar su distancia con su adversario del PSL.

Según algunos analistas, el discurso incendiario que dio el ex capitán del Ejército el pasado domingo, en el que mandó «a la cárcel o al exilio» a los opositores que no obedecieran sus normas, asustó a sus votantes más demócratas. Sin embargo, el petista se ha visto beneficiado por un movimiento ciudadano definido com «apartidario y contra el fascismo» que salió por las calles de las principales ciudades del país con el objetivo de convencer al electorado indeciso de votar por el candidato del PT. Madres, estudiantes, jóvenes trabajadores en su horario del almuerzo se acercaban a otros ciudadanos para decirles que la «única opción democrática es Haddad», o como dice Luana Marques, traductora y madre de dos niñas, para convencer a otra mujer en una parada del autobús de la Avenida Paulista: «Porque tenemos que evitar que nos gobierne el fascismo».