Santo Domingo, La implementación de la tecnología en las escuelas junto con la capacitación docente que requiere el nuevo siglo, requieren nuestra atención para impulsar los cambios que desde ya resultan imperativos para mejorar la calidad de la educación en República Dominicana.

En esencia, el mundo ha evolucionado y está claramente configurando un cambio en la cultura de enseñar, de aprender y de asimilar contenidos por parte de estudiantes, docentes y directivos.

“Educación y tecnología van de la mano, por tanto los docentes y demás actores de la comunidad educativa tienen que afrontar el reto clave de saber integrar este tipo de tecnologías con el aprendizaje presencial y la interacción humana”.

Así lo plantearon destacados profesionales y referentes del área educativa nacionales e internacionales, al formular el manifiesto de conclusiones y recomendaciones emitido este domingo 18 de los corrientes en el acto de clausura de la vigésimo segunda edición del Congreso Internacional de Educación Aprendo 2018,organizado por EDUCA, Acción Empresarial por la Educación, con el patrocinio del Banco Popular. Tuvo como título “Cultura digital, innovación e inteligencia artificial en la educación”.

Docente como agente de cambio

Similar a las versiones precedentes de Aprendo, la relevancia del papel del docente como agente de cambio y éxito del proceso educativo fue enfatizada, en esta oportunidad desde la necesidad de su reconceptualización y de la pertinencia de que asuma nuevas competencias profesionales en el marco de un conocimiento pedagógico, científico y cultural revisado. “Es decir, la nueva era requiere un profesional de la educación distinto”.

En ese tenor, el doctor Javier Gómez Torres, especialista en SM en procesos de innovación y tecnología en lectura y escritura, compartió con los docentes las nuevas tendencias en los procesos de lectura, escritura, comprensión y probablemente también los desafíos que trae este nuevo ambiente en donde deben trabajar procesos.

Entre tanto, Carlos Marcelo de la Universidad de Sevilla, sostuvo la necesidad de promover un cambio de visión y de mirada a los procesos educativos y su aplicación en el aula, lo que por ende irá generando trasformación en los docentes. A su juicio, “la formación tiene una tradición de hacer cosas para los profesores en lugar de con los profesores”. Estima que “las computadoras por sí solas no transformar la escuela. Debe haber acompañamiento, colaboración “.