El patólogo Sergio Sarita Valdez afirmó que la medicina en la República Dominicana se ha convertido en un vulgar negocio por la privatización de los servicios en “las benditas aseguradoras”, que se han aprovechado del incremento desorbitado de la demanda de atenciones por la población dominicana, que en un 75 por ciento se ha concentrado en las ciudades y a la no existencia de un sistema de atención primaria.
Dijo que debido a esa situación, las Administradoras de Riesgos de Salud deciden a su antojo y conveniencia qué hacerle y qué no hacerle a un paciente y los procedimientos a realizarle, a quien le paga y a quien no le paga.
Entrevistado en el programa “Tres a la Semana”, que producen los periodistas José Miguel Carrión y Daniel Candelario, por Cinevisión, Canal 19, todos los sábados de 2:00 a 3:00 de la tarde, el reconocido profesional y docente dijo el 75 por ciento de la población dominicana es urbana, y al haber ocurrido ese fenómeno de manera tan rápida, no se adecuaron las condiciones para atender a esa población campesina convertida ya en residentes de la ciudad.
Indicó que una persona que acuda a un centro médico con un dolor en el pecho y requiera un electrocardiograma, la aseguradora decide mediante una llamada telefónica, que ese estudio no se realice, y ese paciente, al no disponer de los recursos que exige el centro médico al que acudió, tiene que irse para su casa sin que se le atienda.
“Entonces, por ahí empieza el asunto, que no es el médico quien decide el estudio que se le debe hacer a un paciente, son las aseguradoras, y las aseguradoras para lo que están es para negocios. Su misión es ganar dinero”, resaltó.
Manifestó que de un país agrícola, República Dominicana ha pasado a ser un país urbano, con bolsones de miseria y una población descontrolada que viene de los campos con baja escolaridad, pero que demanda y requiere servicios médicos.
Esto hace, a juicio del destacado patólogo, que los servicios médicos reduzcan su calidad por la privatización que han incluido las compañías de seguros, que son las que finalmente deciden qué servicios dar, a quienes lo dan y dónde lo dan.
“Esto ha traído como consecuencia la privatización vulgar de los servicios médicos en la República Dominicana, y con él un incremento elevadísimo de las muertes materno infantil”, subrayó.
Agregó que esa realidad da paso a violaciones y agresiones infantiles, explotación de la infancia, mujeres maltratadas y asesinadas, niños y niñas negociados a turistas perversos y depravados y una sociedad en peligro por el bombardeo de las redes sociales con contenido dañino.
Afirmó que ante una sociedad en desorden, el resultado es la violencia y la gente reacciona ante cualquier situación, por pequeña que sea. Considera que la estampida que se produjo, del campo a la ciudad, rompió la base que sostiene toda sociedad, que es la familia y han tenido que ir a marginarse a barrios de la ciudad, creando caldos de cultivo para la delincuencia.
MAL MANEJO EN POLYPLAS
El ex director del Instituto Nacional de Patología dijo que hubo mal manejo del escenario resultante de la explosión en la empresa Polyplas, que arrojó siete muertos y más de cien heridos o quemados porque no se resguardó el perímetro donde ocurrió la conflagración.
Afirmó que eso podría dificultar las investigaciones, además del peligro a que se expusieron personas que se dedicaron a grabar videos. Indicó que en casos como esos se debe hacer un trbajo profesional de registrar a los fallecidos en la posición en que quedaron, donde fueron encontrados, los objetos que tenían a su alrededor para hacer una investigación concluyente.
“Ahí yo no vi un perímetro asegurado para iniciar las investigaciones; todo el que quiso entró como quiso al escenario, la gente estaba entrando y saliendo, los miembros de los organismos de socorro caminaban y entraban prácticamente sin control. Vi imágenes, imágenes van e imágenes vienen y no vi la zona de seguridad; ahí entraba todo el mundo y eso es peligrosísimo porque se podrían haber producido explosiones secundarias, además de que se generan muchos gases tóxicos y gente del entorno puede morirno sólo por la explosión, sino por gases venenosos como el monóxido de carbono y los gases que se generan de los materiales quemados”, alertó.
PATOLOGÍA FORENSE
no duda que la avaricia, las necesidades y crujía de algunos médicos patólogos los lleve a falsear los resultados de una experticia a un cadáver, pero dijo que esa mala práctica puede ser desmontada en un juicio si hay interés de determinar las reales causas de un fallecimiento.
Explicó que el Instituto de Patología Forense, que lleva su nombre, ya no trabaja casos forenses, pues esa esa tarea corresponde al Instituto Nacional De Ciencias Forenses (INACIF), dependiente de la Procuraduría General de la República. Patología se encarga de las muertes materno-infantiles y las muertes súbitas o naturales. El análisis de los fallecimientos violentos por homicidio, suicidios, por accidentes, enfrentamientos con las autoridades y otros es competencia del INACIF.
Sarita Valdez dirige la Escuela de Formación Docente en Patología, de donde anualmente son egresados seis patólogos, la cual funciona desde 1996, y es una dependencia de Salud Pública y de la Universidad Autónoma de Santo Domingo.
Expresó que en República Dominicana hay suficientes patólogos, pero pocos han sido nombrados por un problema de presupuesto y falta de dinero del Ministerio de Salud Pública. El plan era que cada municipio del país contara con un médico patólogo y evitar que un cadáver permaneciera hasta seis y más horas sin la certificación de la muerte por un especialista.