La caravana de migrantes que se convirtió en tema de campaña del presidente Donald Trump en las elecciones legislativas de noviembre, se ha reducido a unos cuantos cientos de integrantes después de que muchos de ellos decidieron regresar a Centroamérica o echar raíces en México.
Sin embargo, pese a la estricta postura migratoria del gobierno del presidente Trump, muchos otros — casi la mitad, de acuerdo a los registros de arrestos de la Patrulla Fronteriza — han intentado ingresar ilegalmente a Estados Unidos.
Alrededor de 6.000 centroamericanos llegaron a Tijuana en noviembre en medio de conflictos en ambos lados de la frontera sobre su presencia en esta ciudad mexicana colindante con San Diego.
Al lunes, menos de 700 migrantes permanecían en una sala de conciertos al aire libre en Tijuana que el gobierno mexicano habilitó como albergue para los migrantes.
¿A dónde se fueron?
La Patrulla Fronteriza ha realizado alrededor de 2.600 arrestos relacionados a la caravana en el sector de San Diego, dijo el portavoz Theron Francisco, quien señaló que casi la mitad han cruzado ilegalmente hacia Estados Unidos. Por lo general las familias son liberadas y se les entrega una notificación para comparecer ante una corte migratoria.