Santo Domingo-El Instituto de Investigación Socioeconómica (INISE) de la Facultad de Ciencias económicas y Sociales de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), mostró preocupación por la desaceleración moderada que experimentará la economía dominicana que para este año se estima un crecimiento económico de entre 5% y 5.4%.

Llamaron la atención de las autoridades para que apliquen mecanismos tendentes a revertir la disminución económica pronosticada para este 2019, que en relación al año 2018 fue de un 7% según reporta el Banco Central de la República Dominicana.

Sin embargo, justificó que la variación interanual esperada estará por encima del crecimiento potencial de la economía que es 5.1%.  Estas cifras están dentro de los rangos de valores estimados por el Banco Central (5% y 5.5%), el Fondo Monetario Internacional (5%) y la CEPAL (5.7%).

Después de realizar un balance de riesgo, la tendencia a la baja del ritmo de crecimiento del PIB real proyectado para el 2019 para la economía dominicana se explica, por la incertidumbre a nivel global relacionada con la desaceleración moderada en la economía de los Estados Unidos (creció un 3.0% en el 2018 y se proyecta un 2.7% en el 2019), en la Unión Europea y en China Continental.  Asimismo, otros factores exógenos podrían influir negativamente en el comportamiento de la economía dominicana tales como alzas en el precio del petróleo, profundización de la guerra comercial China-USA, la crisis política venezolana, el brexit y la volatilidad de los mercados financieros, entre otros.

Explicó que si la pérdida de dinamismo del crecimiento del PIB en las principales economías del mundo se cumple, entonces el comportamiento de la economía dominicana estaría por debajo de lo pronosticado, debido entre otros factores, a la disminución en el precio y volumen de las exportaciones dominicanas tanto hacia el mercado norteamericano como al europeo. En este sentido, señaló que la economía dominicana, aún mantiene una gran sincronización del ciclo económico con los Estados Unidos, ya que por cada 1% de crecimiento en ese país, la economía dominicana crece entre 1.5y 1.6%.

Añadió que en el ámbito sectorial, los sectores más dinámicos del crecimiento económico para este año 2019 serán, en primer lugar, las actividades de explotación de minas (6.22%) debido al impulso que recibirá el sector debido a la normalización de las operaciones de la Barrick Gold que estuvo en fase parcial de mantenimiento en el 2018; seguido por el sector de hoteles, bares y restaurantes que crecerá un (4.74%), Transporte (4.51%), y Comercio (4.32%) que será impulsado por el aumento de la producción local de bienes y servicios y el aumento de las importaciones.

Sostiene que el análisis del Producto Interno Bruto Real, medido por el enfoque del gasto, da cuenta que nueva vez, el crecimiento de la demanda interna continuará siendo un factor clave en el comportamiento tendencial del PIB, principalmente el consumo privado. De ahí, la importancia y la necesidad de que se produzca un incremento al salario mínimo, tanto para el Sector Privado y al Sector Público en un rango u horquilla de 20% a 30%. Este incremento salarial no afectaría la creación de empleo y la estabilidad macroeconómica que ha prevalecido en los últimos años, porque esta sustentado no solo en incrementos, sino también en los niveles de crecimiento experimentados por los sectores productivos.

Recomendó que un aumento de salarios, en la actual coyuntura, impulsará la demanda interna, dinamizará la economía e incrementará las ventas de las empresas. Además, contribuirá a mantener un ciclo económico ascendente cercano a su PIB potencial y a su vez contribuirá a recuperar parte del salario real de los trabajadores público y privado.

Exhortó a las autoridades competentes y responsables de la aplicación de políticas públicas macroeconómicas a desplegar cuantos esfuerzos sean necesarios para metas de inflación, política monetaria y cambiaria razonables y a seguir muy de cerca el comportamiento del endeudamiento externo y del déficit fiscal y establecer un control estricto de la emisión de bonos soberanos como forma de financiar la economía.