Al menos 300 personas, incluyendo docenas de extranjeros, murieron y cerca de 500 resultaron heridas en ocho atentados explosivos contra tres iglesias que celebraban la misa de Pascua y cuatro hoteles de lujo en Sri Lanka, en la peor jornada de violencia en el país desde la guerra civil que terminó hace una década.
De acuerdo con el portavoz de la policía, Ruwan Gunasekera, ya asciende a 24 el número de personas arrestas en relación con estos ataques.
La policía informó que el domingo también fue hallado un dispositivo explosivo artesanal en una vía de acceso al aeropuerto de Colombo, aunque la bomba improvisada fue desactivada por peritos de la Fuerza Aérea.
De momento los ataques no fueron reivindicados, señaló Gunasekera en una rueda de prensa.
El gobierno ordenó un toque de queda de duración indeterminada que entró en vigor el domingo y el bloqueo temporal de las redes sociales para evitar la difusión de informaciones falsas.
Seis deflagraciones se produjeron de mañana del domingo y otras dos por la tarde. Al menos en dos ataques hay relatos de testigos que hablan de un kamikaze como autor.