Origen de la Lectura
“Algunos libros son probados, otros devorados, poquísimos masticados y digeridos.” (Sir Francis Bacon)
Al momento de tomar la decisión de estudiar este tema conviene preguntarnos, pero ¿Qué significa leer? Lo primero que conviene saber es que leer va más allá del mero poner nuestra mirada encima de un libro (texto escrito), leer es una acción seria que nos coloca frente a un texto con el fin de decodificarlo, sacar el mensaje que allí se esconde, el cual debe ser indefectiblemente transformador. Viene del latín legere (el proceso de percibir y comprender la escritura).
Entran en juego dos elementos esenciales en el proceso de lectura: la vista (el tacto en el mundo de los que no pueden ver) y la mente. La dinámica ha de centrarse en tomar el libro que nos gusta, intimidar con el libro que sentimos empatía. El título es el primer elemento de atracción luego de abrirlo y hacer conciencia de que debo dedicarle tiempo de calidad para hacer abstracción de la substancia, del meollo que hay en su interior, entonces me dispongo a auscultar la esencia de lo que allí está plasmado, extraer el significado del libro, asimilar el contenido, asumir el propósito o la intención del autor; comprender luego el mensaje en su justa dimensión y aprehender el jugo de la sabiduría que allí se ofrezca y, finalmente no está demás, el cuestionar lo que no pude entender o lo que percibo no contó con la veracidad real o con la efectiva fuerza argumentativa.
De mis años del bachillerato recuerdo libros bellos y edificantes que me ensañaron a leer, el valor real de la lectura y hasta hoy disfruto de sus beneficios. El Vendedor Más Grande del Mundo (Og Mandino), La Celestina (Fernando de Rojas), Platero y Yo (Juan Ramón Jiménez), La Ilíada y La Odisea (Homero). Estas obras de la literatura universal nos dicen hasta dónde puede llegar la imaginación humana y su creatividad intelectual cuando se ha dispuesto a transmitir un mensaje o a desvelar una realidad de la vida diaria y mistérica.
Al realizar este opúsculo lo único que me impulsa es el motivar la lectura en los niños, adolescentes, jóvenes y adultos de mí patria, ya que sin lugar dudas hemos asistido a un descuido alarmante del hábito de la lectura. Da la impresión de que otras actividades propias de la postmodernidad son más atractivas y fascinantes para nuestros estudiantes.
Leer un buen libro es casi algo propio de personas sui generis, una gran cantidad de estudiantes invierten más tiempo en chequear las informaciones servidas por las redes sociales (Youtube, Instagram, twitter, Facebook, etc.) que en ir a una librería, comprar un buen libro y luego sentarse a leerlo con el propósito de extraerle la substancia.
Con esto no quiero criticar las redes sociales como parte del desarrollo técnico y científico, lo que sí pretendo es llamar la atención a los estudiantes, padres y madres de ellos y las autoridades que es un imperativo categórico el volver la mirada a los libros y a la lectura como una forma del cultivar el alma, el espíritu y el intelecto, como una posibilidad de crear un ser humano nuevo para una nueva sociedad. Un ser humano crítico, analítico, reflexivo, empoderado, soñador y arriesgado.
Sueño con una generación que vuelva la mirada y la atención a los libros impresos y que esto no signifique menos precio delos libros digitales, ni una actitud retrógrada. Es que no es lo mismo tocar un libro, ponerlo en mis manos y piernas mientras escucho el susurro del viento y el cantar de las aves. Eso no tiene comparación. Sin lugar a dudas que esto, la lectura, produce un sentimiento extático, igual que ver el libro como un regalo.