COPENHAGUE.- El 37 % de los daneses habían votado en las elecciones generales de este miércoles a las 10.00 GMT, diez puntos más que en los anteriores comicios de 2015, según un estudio realizado por la agencia Ritzau en colegios electorales de todo el país.

A diferencia de hace cuatro años, los colegios abrieron esta vez una hora antes, a las 6.00 GMT, y la jornada electoral coincide con un festivo, el Día de la Constitución, detalles que pueden haber influido en las cifras de participación.

En Dinamarca, donde la participación en los comicios generales se ha movido los últimos años entre el 84 y el 88 %, las autoridades electorales no dan detalles sobre el número de votantes hasta el término del recuento.

Algo más de 4,2 millones de electores podrán votar hasta las 20.00 hora local (18.00 GMT), en unos comicios en los que los sondeos colocan a la oposición de centroizquierda encabezado por la socialdemócrata Mette Frederiksen con diez puntos de ventaja sobre el bloque gubernamental del liberal Lars Løkke Rasmussen.

Frederiksen, que a sus 41 años puede convertirse en la primera ministra más joven en la historia del país, evitó dar por seguro su triunfo al votar en Værløse (norte de Copenhague), a la vez que volvió a rechazar el ofrecimiento hecho ayer por Rasmussen para crear un Ejecutivo de centro que aisle a las fuerzas más extremas.

“Me parece poco serio presentar tres o cuatro opciones distintas de Gobierno durante una campaña”, dijo.

Rasmussen hizo un llamamiento a los daneses a que reflexionen sobre el tipo de país que quieren y reiteró que no piensa pactar con dos pequeñas fuerzas xenófobas a las que los sondeos colocan con posibilidades de entrar en el Parlamento.

La aparición de Nueva Derecha, que pide no aceptar más refugiados, y Rumbo Firme, partidario de prohibir el islam y expulsar a los inmigrantes no occidentales, ha sacudido la campaña y podría perjudicar a la hasta ahora segunda fuerza parlamentaria, el también xenófobo pero más moderado Partido Popular Danés (DF).

El DF, que ha sostenido con sus votos todos los gobiernos de derecha en Dinamarca en lo que va de siglo, se arriesga a sufrir un varapalo similar al de hace diez días en las elecciones europeas, en las que cayó del 26,6 al 11 %, del primer al cuarto puesto.

Frederiksen ha insistido en campaña en que su plan inicial es gobernar en solitario en minoría pactando la política de extranjería con la derecha, como ha hecho la pasada legislatura, y los temas sociales y económicos con sus aliados en el bloque opositor.