El Partido de la Liberación Dominicana (PLD) entra esta semana en una encrucijada entre la continuidad o la alternabilidad entre el liderazgo bipolar del presidente Danilo Medina y el expresidente Leonel Fernández, o el relevo de un nuevo candidato que surja del danilismo.
Medina está obligado a definir ya su postura final sobre el pedido de reelección de sus seguidores, emprendiendo o no una reforma constitucional para competir en las primarias del próximo 6 de octubre.
El cielo nublado del PLD comenzará a despejarse esta semana con las señales que se den en el Senado, convocado para mañana, y la Cámara de Diputados, en donde los opositores internos y externos del PLD afirman que no hay votos.
Uno que no ha lanzado su proyecto presidencial pero que se ha tomado para sí la defensa del proyecto de reelección de Medina es el ministro de Obras Públicas Gonzalo Castillo, del anillo de confianza del primer mandatario.
La radicalización entre danilistas y leonelistas aleja el punto de que el apoyo entre uno y otro sector sea posible antes de las primarias abiertas, y que ambos sectores libren una epopeya similar a la de junio de 2007, cuando el exsecretario de la Presidencia, Danilo Medina, se enfrentó al entonces presidente Fernández.
Todo sigue supeditado a la decisión final de Medina, quien no ha comunicado sus intenciones sobre el pedido de habilitación de sus partidarios.
Carlos Amarante Baret se convirtió ayer en el primer precandidato presidencial que sacó públicamente la bandera de apoyo a la habilitación de Medina y pidió eliminar el transitorio número 20 de la Constitución “por ser discriminatorio”.
La vicepresidenta Margarita Cedeño abogó la semana pasada por que ambos líderes se pongan de acuerdo para encauzar al PLD hacia la victoria y evitar daños mayores a esa organización política.
De su mensaje unificador se lee entre líneas que sigue abogando por el retiro de ambos líderes, al señalar que “el pueblo dominicano sabrá reconocer los méritos de ambos líderes y les otorgará su justo lugar en la historia”.
El presidente del Senado y secretario general del PLD, Reinaldo Pared Pérez, se ha concentrado en los contactos entre el mandatario y el presidente del PLD, pero hasta ahora todo sigue igual de indefinido.
Leonel Fernández, presidente del PLD, ha reiterado este fin de semana sus posturas del discurso expuesto durante la marcha que culminó frente al Congreso Nacional en contra de una reforma constitucional.
Francisco Domínguez Brito, Andrés Navarro y Temístocles Montás han mantenido su proselitismo interno dentro de los que están bajo la sombrilla del danilismo.
El candado
A la eliminación del transitorio en una reforma, Amarante agregó la propuesta de “que se eleve a tres cuartas partes (3/4) la votación requerida en la Asamblea Nacional Revisora para modificar el sistema de elección presidencial”.
Esto no es más que los “candados” que se aprobaron en el Comité Político en el pacto de 15 puntos en el que se acordó la modificación constitucional del año 2015.
Planteó además la unificación de las elecciones municipales con las congresuales y presidenciales en mayo del 2020 “para no malgastar más de seis mil millones de pesos”.
También reiteró la ya conocida propuesta de que se elimine la participación del procurador general de la República en el Consejo Nacional de la Magistratura.
“Que Luis Abinader se oponga a la habilitación política de Danilo Medina, es entendible. Que se oponga Leonel Fernández, es irracional”, enfatizó Amarante Baret.
Dijo que la sociedad dominicana ha asistido “atónita a la extraña confluencia del compañero Leonel Fernández y Luis Abinader para impedir que el Congreso Nacional labore con normalidad. Ambos intranquilizan al país con sus protestas callejeras”.
Preservar solo dos períodos
El jurista Cristóbal Rodríguez abogó porque se preserve el sistema de dos períodos presidenciales consecutivos y nunca más, al señalar que se posibilita el relevo e impide la reelección indefinida o alterna. Planteó volver a discutir el tema de la mayoría requerida para la aprobación de la Ley de Convocatoria de la Asamblea como para la adopción de la decisión en la Asamblea Nacional revisora. También consideró necesario que la reelección presidencial sea catalogada como una de las causales para un referendo aprobatorio.