MADRID.-El Tribunal Constitucional español suspendió este miércoles el plan del Gobierno regional catalán para desarrollar una política exterior propia, tras un recurso del Ejecutivo central que considera que el proyecto excede las competencias catalanas.
El más alto tribunal español aprobó por unanimidad la suspensión previa del plan solicitada por el Gobierno español del socialista Pedro Sánchez, que considera que el proyecto catalán no respeta la competencia exclusiva del Estado en la coordinación de la acción exterior.
La decisión del más alto tribunal del país llega en medio del conflicto en Cataluña, donde la sentencia judicial con penas de prisión a nueve líderes del intento secesionista ilegal de 2017 ha generado una ola de protestas independentistas, en ocasiones acompañadas de actos violentos.
Cuando el Gobierno español aprobó presentar el recurso al Constitucional, la ministra portavoz en funciones, Isabel Celaá, explicó que el plan catalán no menciona que el Estado es el principal sujeto de la política exterior y obvia cualquier acción de coordinación con las autoridades centrales.
El Plan de Acción Exterior 2019-22, aprobado en junio pasado por el Gobierno regional catalán, incluye según el Ejecutivo central una terminología voluntariamente confusa, al usar el término “país” para Cataluña sin decir que es una región autónoma o el de “gobierno” -en referencia al gobierno autonómico).
Además, en la traducción en inglés, el término “actor reconocido en el mundo” se emplea el término “country recognised around the world” o el término “consejero” por el de “minister”, en lugar de “regional minister”.
La iniciativa catalana fue aprobada en el contexto de “un proceso independentista que pretende el desprestigio de la imagen internacional de España”, recalcó la ministra socialista cuando se anunció el recurso.
El plan catalán incluye el aumento de su actual red de oficinas de representación en varios países (se prepara una en México, entre otros), algo que en principio está permitido para tareas de promoción comercial y cultural, aunque el Ejecutivo regional ha sido acusado en el pasado de usarlas como “embajadas” para intentar aparentar que lleva a cabo una auténtica política exterior propia.