NAIROBI.- Las contantes lluvias torrenciales y crecidas han provocado inundaciones en la parte norte de Kenia que han causado la muerte a al menos 48 personas y afectan a otras 144.000, según informó hoy la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).
Las lluvias de las últimas semanas han provocado inundaciones repentinas y deslizamientos de tierra en al menos 25 condados, sobre todo de la parte norte del país, destruyendo infraestructuras claves y cobrándose la vida de al menos 48 personas.
Además, según el Centro Nacional de Operaciones de Desastres (NDOC) keniano, hay 17.000 desplazados y las lluvias han afectado también al campo de refugiados de Dabaab, en la frontera con Somalia, que es el más grande del mundo y alberga a 200.000 personas.
Tras un periodo de meses de sequía, la segunda temporada húmeda del año ha llegado cargada de lluvias torrenciales a África oriental y al Cuerno de África, donde hay un total de 2,5 millones de personas afectadas.
En la vecina Somalia, entre octubre y noviembre han muerto 17 personas y se han visto desplazadas 370.000, según los últimos datos de la OCHA, que hablan de 580.000 afectados.
En Sudán del Sur, el país más afectado desde julio, hay más de 900.000 personas tocadas por las lluvias, y en Etiopía y Sudán, otras 570.000 y 364.000, respectivamente.
Ecologistas, ONG y miembros de la comunidad científica alertan de cómo la crisis climática está aumentando la frecuencia o la gravedad de numerosos fenómenos meteorológicos extremos, con el continente africano como uno de los más afectados por estos sucesos.
De los diez países del mundo más amenazados por la crisis climática, siete son africanos: Sierra Leona, Sudán del Sur, Nigeria, Chad, Etiopía, la República Centroafricana y Eritrea; todos ellos sacudidos por episodios recientes de sequía, inseguridad alimentaria, desertificación, inundaciones o tormentas.
A lo largo de la última década, las pérdidas económicas debido a desastres relacionados con el clima para casi una veintena de países africanos han supuesto una media anual de más de 630 millones de euros, según denunció hoy en un comunicado Oxfam Intermón.