WASHINGTON.- Bernie Sanders se retorcía en su asiento. Su apuesta por la Casa Blanca estaba en juego a 1,600 kilómetros de distancia y él estaba atrapado en el Senado, como jurado de un juicio político que ha complicado la batalla por Iowa a los cuatro senadores que aspiran a la presidencia de EEUU.

Esa reciente escena del proceso de destitución del presidente Donald Trump refleja la impaciencia de los senadores precandidatos por no poder recorrer Iowa, cuyos “caucus” abrirán el próximo lunes la temporada de primarias en EE.UU. sin que haya un claro favorito, por lo que cada momento con los votantes puede ser decisivo.

“La agenda que teníamos prevista para Iowa está ahora en la basura, y hemos tenido que reescribirla muy rápidamente”, admitió Sanders el pasado domingo en la localidad de Storm Lake, una de las pocas de Iowa que pudo visitar en el día y medio que tuvo libre durante el intenso juicio político en Washington.

BIDEN Y BUTTIGIEG, LOS REYES DE LA PISTA

El “impeachment” de Trump se basa en su intento de perjudicar a uno de los precandidatos demócratas, Joe Biden, pero en la práctica ha acabado dando ventaja al exvicepresidente en el preludio de las primarias frente a sus dos principales rivales, Sanders y la también senadora Elizabeth Warren.

Mientras Biden y el exalcalde Pete Buttigieg recorrían a su antojo Iowa y Nuevo Hampshire, el segundo estado en votar; Sanders y Warren permanecían encerrados diez horas al día en el Capitolio, obligados a escuchar largos argumentos junto a otros dos precandidatos, los senadores Amy Klobuchar y Michael Bennet.

“Imagina que quieres estar en Iowa, hablar con votantes, impulsar la campaña en la que llevas trabajando en algunos casos durante años y décadas (y no poder). Me siento fatal por ellos”, afirmó recientemente el empresario Andrew Yang, otro de los precandidatos favorecidos por el calendario del juicio político.

LOS SUSTITUTOS: PERROS, POLÍTICOS Y ARTISTAS

Esa situación, sin precedentes en la historia política de EE.UU., ha obligado a los cuatro senadores a tirar de su creatividad para conectar con cada votante en Iowa.

Warren mandó a su esposo Bruce y a su perro Bailey, toda una celebridad entre sus seguidores en las redes sociales, a recorrer el estado en su lugar, y trató de compensar su ausencia con un mitin telefónico.

Su enviado estrella, sin embargo, fue el exsecretario de Vivienda Julián Castro, que respaldó a Warren poco después de abandonar este mes la carrera demócrata y se ha volcado en su campaña en Iowa.

Ese papel lo representa en el caso de Sanders otra gran estrella de la política latina, la congresista Alexandria Ocasio-Cortez, que también ha encabezado varios mitines en su nombre en Iowa, algunos en compañía del director de cine Michael Moore.

Sanders ha querido mantener animado a su electorado más joven al anunciar que los grupos Bon Iver y Vampire Weekend darán conciertos en actos de su campaña en Iowa este viernes y sábado, respectivamente, aunque el incierto calendario en el Senado impide saber por ahora si el senador les acompañará.

Si prospera la votación para convocar testigos en el juicio político a Trump, es probable que los senadores tengan que pasar el lunes en Washington, sin poder aprovechar la recta final hasta el inicio de los “caucus” a última hora de la tarde.

KLOBUCHAR, LA MÁS PERJUDICADA

No obstante, los expertos de Iowa consultados por Efe no creen que la ausencia de los senadores pueda dañar profundamente sus opciones en Iowa, donde las últimas encuestas han mostrado en cabeza tanto a Sanders como a Biden, con Warren y Buttigieg bastante cerca en intención de voto.

“En cualquier carrera apretada, el más mínimo movimiento puede cambiar las cosas; pero creo que, llegados a este punto, el efecto de retener a los senadores en Washington es menor”, dijo a Efe un profesor de ciencias políticas de la Universidad de Drake en Des Moines (Iowa), Dennis J. Goldford.

Muchos de los demócratas que planean asistir a un “caucus” (grupo de votantes) han decidido ya por quién votar o, al menos, conocen bien la figura de Sanders y Warren.

La más perjudicada puede ser Klobuchar, “que no parece tener la fuerza a nivel organizativo que han demostrado Warren, Sanders, Buttigieg, y en menor medida, Biden”, opinó Goldford.

Son malas noticias para Klobuchar, que ronda apenas el 4 % de apoyo a nivel nacional y ha centrado su estrategia en el objetivo de ganar o al menos obtener un buen resultado en Iowa, con la esperanza de que eso haga despegar su campaña.

El “impeachment” tampoco ha ayudado a Bennet, que no llega al 1 % en los sondeos pero ha apostado por sacar buena nota en Nuevo Hampshire, y el sábado pasado se compró tres vuelos a horas distintas por no tener claro cuándo acabaría la sesión en el Senado.

Aunque los senadores insisten en que están orgullosos de cumplir con su deber en el juicio político, a menudo lo hacen mientras miran el reloj, como demostró Klobuchar el martes al comprarse un billete de última hora a Iowa cuando la sesión acabó antes de lo previsto.

“Estaba ahí en el Senado y de pronto dicen, ‘hemos acabado’. Y yo: ¡Pues me voy corriendo a Council Bluffs!”, exclamó Klobuchar durante su mitin improvisado en un bar de esa localidad de Iowa.