SANTO DOMINGO.- Así de particulares como las elecciones municipales de este domingo, con su arrastre, su preferencia y su sistema de escrutinio mixto, resultan los amores en tiempos de campaña, esos matrimonios de parejas ministeriales de la República Dominicana que son más bien, enemigos políticos.
Leonel Fernández y Margarita Cedeño representan la máxima expresión de lo ideológicamente antípoda, disparando ella el más duro plomazo de guerra al adherirse a la campaña del oficialista Partido de la Liberación Dominicana (PLD), mismo que en octubre pasado habría “traicionado” a su marido.
Aunque en las primarias sellaron el cierre de campaña del ex mandatario con un beso, el divorcio político del león y la Vice se viene anticipando desde que esta avalara el voto automatizado, en franca disidencia con el esposo, que insiste en que la vulnerabilidad del sistema permitió que un algoritmo le lisiara el triunfo.
Con ecuanimidad de sobra y ni un pelo de tonta, la segunda al mando de la República maneja un Gabinete con un presupuesto millonario y, mientras más se aleja de Fernández, en esa misma proporción incrementa su valor político, así como la posibilidad de ser la ficha que acompañe al Penco del oficialismo en la boleta presidencial.
Desde la división del bando morado a mediados de octubre, Cedeño fue diáfana en cuanto a su cargo como Vicepresidenta, función que, para ella, ni siquiera está en discusión.
Pero el tiro de gracia lo dio tres meses más tarde, “esperando también que el próximo presidente pueda seguir siendo del PLD”.
A partir de ahí, ni una apendicitis puedo juntarlos, cuando a Margarita la operaron de urgencia poco después, Leonel no se dejó ver ni en la parte atrás del centro médico.
Del más rotundo rechazo del Comité Central morado, principalmente en la figura del presidente Medina, quien no la quería como candidata presidencial en el 2012, cuando decidió su candidatura, Cedeño pasó a ser la joyita del partido y quien probablemente logre capitalizar el voto de los peledeístas.
Durmiendo con el enemigo está también otro compañero de la Fuerza del Pueblo de Leonel: Joaquín Hilario, candidato al cabildo de Santo Domingo Este, está casado con la dirigente del Partido Revolucionario Moderno (PRM), Katy Báez, quien no solo milita con la oposición, sino que defiende a carta cabal al más fuerte contrincante de su marido.
¨El pueblo dijo ya, porque definitivamente Manuel Jiménez será el próximo alcalde”, aseguró la mujer en una caravana perredeísta, mientras Hilario atacaba a su oponente y decía sin remordimiento en entrevista al Nuevo Diario que este “tiene la cabeza muy desamueblada”.
A mediados de noviembre, la pareja dispareja había acudido a la Fundación Global Democracia y Desarrollo dirigida por Fernández para, según Hilario, agradecerle al ex presidente el gesto de tomar a Katy en cuenta para que fuera la candidata a la alcaldía de Santo Domingo Este por la Fuerza del Pueblo.
“Le explicamos las razones por las cuales no podíamos aceptar su propuesta y él lo entendió”, dijo Hilario, sin dar más razón y dejándonos con más de una interrogante, principalmente la de cómo funciona una relación conyugal que vive en un campo de batalla ideológico.