SANTO DOMINGO.- Falleció hoy Arlette Fernández, viuda del héroe constitucionalista Rafael Fernández Domínguez y quien además fue escritora y fundadora de la Fundación Coronel Rafael Fernández Domínguez.
El diputado Fidelio Despradel, un amigo suyo de toda la vida, la describió como una mujer: “Dedicada toda la vida, una vez muerto el Jefe de la Conspiración cívico-militar contra el gobierno golpista, a divulgar y enaltecer su figura y sus inmensas condiciones de militar, patriota dirigente de pueblo, y de conservar unidos, con el orgullo del deber cumplido, a la pléyade de militares constitucionalistas que acompañaron al Coronel Fernández Domínguez en todos los momentos hasta su muerte, y mas allá de su caída en combate, Arlette era una mujer excepcional”, afirma.
A continuación compartimos el escrito de Fidelio Despradel.
Arlette Fernández
Por Fidelio Despradel
La noticia me abatió. Sabía que Arlette Fernández estaba enferma. Últimamente, en las visitas periódicas que solía hacerle, a pesar de su eterna sonrisa y carga de cariño y optimismo, identificábamos los dos que su salud se deterioraba cada vez más.
La conocí, Junto al Coronel Caamaño, cuando, después de un viaje desde Puerto Rico, con la intermediación de Juan Bosch, vino a procurar el cuerpo sin vida de su esposo, el Héroe, Coronel Fernández Domínguez, muerto unos días antes, junto a mi hermano de lucha Juan Miguel Román, en el asalto al Palacio Nacional, durante la Guerra de Abril, acción planificada por ambos y que tenía como objetivo retomar el símbolo del poder político, ocupado por las fuerzas del gobierno de reconstrucción, con ayuda del ejército norteamericano, unos días antes.
Mujer con un temple y valor que solo los llamados a dirigir a los pueblos en lucha poseen, como un don especial.
Dedicada toda la vida, una vez muerto el Jefe de la Conspiración cívico-militar contra el gobierno golpista, a divulgar y enaltecer su figura y sus inmensas condiciones de militar, patriota dirigente de pueblo, y de conservar unidos, con el orgullo del deber cumplido, a la pléyade de militares constitucionalistas que acompañaron al Coronel Fernández Domínguez en todos los momentos hasta su muerte, y mas allá de su caída en combate, Arlette era una mujer excepcional.
Firme en sus convicciones, seguidora fiel de la memoria y la acción de su esposo, en extremo cariñosa y solidaria para quienes siguieron y seguimos levantando los ideales y objetivos por los cuales su esposo ofrendo su vida, Arlette y yo mantuvimos, desde aquellos años cruciales, una amistad y un cariño que traspasaba todas las fronteras.
Su muerte me ha conmovido profundamente, precisamente, en momentos en que nuestro pueblo, y toda la humanidad, atraviesan por una crisis civilizatoria (sanitaria, económica, ambiental, y de continuas guerras parciales), que, en el correr de los próximos años, cambiara la faz de la tierra, tal como las presentes generaciones la hemos conocido.
Un adiós solidario a la amiga entrañable y a todos sus familiares y combatientes que vimos siempre en ella, un símbolo de resistencia y lucha por un mundo mejor.