WASHINGTON.- Al menos siete personas sufrieron heridas de bala en la noche del jueves durante protestas en la ciudad de Louisville, en el estado de Kentucky (EEUU), que exigían el enjuiciamiento de los agentes policiales supuestamente involucrados en la muerte de una mujer de raza negra en su apartamento, informaron este viernes medios locales.
Las protestas contra los abusos policiales en Louisville se produjeron al calor de la tercera noche de disturbios en Mineápolis y en la vecina Saint Paul (Minnesota), donde George Floyd falleció el lunes pasado después de ser sometido violentamente por policías.
En Louisville, centenares de personas salieron a la calle reclamando el procesamiento de los agentes implicados en el suceso de marzo pasado, cuando Breonna Taylor, una técnica médica de 26 años de edad, recibió ocho balazos de tres policías que acudieron a su apartamento con una orden de allanamiento sin aviso.
El compañero de Taylor, Kenneth Walker, dijo que él disparó contra los agentes, que iban vestidos de civil, cuando irrumpieron en el apartamento porque no sabía que eran policías. Los agentes respondieron abriendo fuego y ocasionando la muerte de la mujer, que pereció en el pasillo de la vivienda.
Según el diario The Courier-Journal, de Louisville, al menos una de las personas heridas en los enfrentamientos de anoche se encuentra en estado grave. El Departamento de Policía de la ciudad aseguró que sus agentes no dispararon contra los manifestantes.
La concejala Keisha Dorsey, que vio cómo los manifestantes empezaban a congregarse en el centro de la localidad, señaló que lo ocurrido “es una revuelta contra un sistema en el que la gente se siente oprimida”.
“Lo que veo es gente que trata de hacer lo que pueden para expresar su dolor y su frustración”, subrayó.
Según el periódico, lo que comenzó como una manifestación pacífica de unas 500 o 600 personas, que corearon el nombre de Taylor y demandaron el procesamiento de los agentes, se tornó en una situación tensa al anochecer.
Los antidisturbios se enfrentaron a los manifestantes con gas lacrimógeno y balines de pintura. Horas después decenas de vehículos y edificios mostraban los daños causados por los manifestantes que, a cierta altura, casi volcaron una furgoneta policial de transporte de detenidos.
“Es comprensible que las emociones sean muy intensas”, apuntó el alcalde de Louisville, George Fisher, en un mensaje de Twitter poco después de la medianoche.
En una rueda de prensa este viernes, Fisher explicó la ausencia de cargos criminales contra los agentes, ya que, explicó, “está en marcha el debido proceso”.
“Todos deberíamos ponernos de acuerdo acerca de los hechos lo mejor posible”, añadió.
Escenas similares a las vividas anoche en Mineápolis y Louisville se reprodujeron en Denver (Colorado), donde manifestantes salieron a la calle para protestar contra la muerte de George Floyd, en una concentración que derivó en disturbios, donde testigos escucharon disparos de bala cerca del Capitolio estatal, sin que se haya informado de víctimas.
Según medios locales, la policía empleó gases lacrimógenos y espray pimienta para dispersar a los manifestantes.