MADRID.- La sonda Solar Orbiter continua su largo camino al encuentro del Sol y en su trayectoria está a punto de pasar por la estela del cometa Atlas, que recientemente se rompió en pedazos, lo que posiblemente le permita tomar mediciones in situ de su cola de iones y de la de polvo.
El Atlas (C/2019 Y4) fue descubierto en diciembre pasado y a comienzos de abril se fragmentó en pedazos. Las estimaciones indican que Solar Obiter se cruzará con sus dos colas entre el 31 de mayo y el 6 de junio, indica la Agencia Espacial Europea (ESA).
Aunque no estaba previsto que la nave tomará datos científicos en este momento, los expertos de la misión han trabajado para asegurar que los cuatro instrumentos más relevantes se enciendan durante el encuentro.
Volar por casualidad a través de las colas de un cometa es un evento raro para una misión espacial, algo que ha ocurrido solo seis veces y se ha sabido por los datos de la nave espacial después del evento, pero esta es la primera vez que ese encuentro se ha podido prever.
“Un encuentro inesperado como este da a la misión oportunidades y desafíos únicos, ¡pero eso es bueno! Oportunidades como esta son parte de la aventura de la ciencia”, según el director científico de la ESA, Günter Hasinger.
Aunque generalmente se habla de la cola de un cometa, en realidad esta es doble, una esta formada por polvo y otra por iones, explica en un comunicado la Universidad de Alcalá de Henares (Madrid), que forma parte de la importante participación española en Solar Orbiter.
La primera cola es prácticamente rectilínea y apunta siempre hacia afuera de forma radial alejándose del Sol; la segunda, aunque también apunta hacia el exterior, suele curvarse ya que los iones “sienten” la fuerza ejercida por el campo magnético interplanetario.
Las estimaciones indican que Solar Orbiter cruzará la cola de iones del Atlas entre el 31 de mayo y el 1 de junio y la de polvo el día 6.
Si el cometa tiene una tasa de producción lo suficientemente alta, su cola de iones podría ser analizada a través de instrumentos como el Analizador de Plasma de Viento Solar (SWA), o por el magnetómetro MAG, el cual podría detectar perturbaciones en el campo magnético producido por el Sol.
“Algunos estudios han resaltado la presencia de partículas supra termales (con energías superiores a la del viento solar) en encuentros anteriores con cometas”, indica Javier Rodríguez-Pacheco, de la Universidad de Alcalá e investigador principal del instrumento Energetic Particle Detector (EPD) de Solar Orbiter.
“El mecanismo que ha acelerado a estas partículas sigue siendo un misterio”, pero será -agrega- una buena ocasión para que diversos instrumentos de Solar Orbiter “aporten algo de luz al asunto”.
El viento solar (una corriente de partículas energéticas, principalmente protones y electrones) también provoca otro fenómeno que podría ser observado por Solar Orbiter: los aumentos en el campo magnético interplanetario.
Se trata de eventos son poco comunes y se caracterizan por un aumento en la magnitud del campo magnético heliosférico y por un cambio en su dirección, un fenómeno del que la comunidad científica aún desconoce las causas exactas.
Solar Orbiter, una misión de la ESA en colaboración con la Nasa despegó el pasado 9 de febrero y viajará hasta solo 42 millones de kilómetros del Sol para realizar observaciones sin precedentes, en especial de sus regiones polares, lo que le permitirá estudiar e intentar predecir su comportamiento y su influencia sobre la Tierra.