BERLÍN.- Varias organizaciones alemanas del ramo de la prostitución, que es legal en el país, pidieron al Gobierno que ponga fin a las restricciones con motivo de la pandemia y que facilite el acceso a las ayudas para un sector que ha quedado sumido en una “crisis existencial”.
Una carta abierta suscrita por varias organizaciones profesionales y difundida este martes con motivo del Día Internacional de la Trabajadora Sexual, denuncia que, mientras que en otros sectores que también implican un contacto físico, como el de los masajes, se están levantando las restricciones, en el de la prostitución impera “la prohibición de trabajar”.
El escrito destaca que muchas mujeres se han quedado sin ingresos, sin alojamiento e incluso sin acceso a la atención sanitaria, y que para quienes se encontraban en “situaciones precarias y amenazantes” antes de la pandemia, éstas se han agudizado aún más.
La precariedad y las irregularidades que son frecuentes en el sector, así como las prácticas discriminatorias de las autoridades competentes, denuncia la carta, dificultan el acceso de las trabajadoras sexuales a las ayudas para autónomos o a las prestaciones sociales para desempleados.
A mediados de mayo, una propuesta para la reapertura de los burdeles por parte de la Asociación Profesional de Servicios Eróticos y Sexuales (BesD) captó la atención de los medios de comunicación alemanes, que la resumieron en titulares como “Sexo con Mascarilla”.
En efecto, el plan con el que la BesD pretendía convencer al Gobierno para la levantar las restricciones pasaba por imponer el uso de la mascarilla y el mantenimiento de 30 cm de distancia en todo momento, así como el registro de los datos de todos los clientes para facilitar el seguimiento en caso de un brote de Covid-19.
Las organizaciones del sector destacan además que, al contrario que en Alemania, en países vecinos las autoridades ya han puesto fecha para reanudar la actividad: en Suiza los burdeles volverán a abrir el 6 de junio, mientras que en Austria lo harán a primeros del mes que viene.
Según un reportaje del semanario “Spiegel” publicado el mes pasado, muchas trabajadoras sexuales han seguido ejerciendo en los últimos meses a pesar de la prohibición, al carecer de otra fuente de ingresos y para aprovechar la subida de precios causada por el aumento de la demanda durante el confinamiento.
Desde la introducción de la Ley de Protección de las Prostitutas de 2017, que prevé la inscripción obligatoria de los individuos que ejercen esta actividad, se han registrado oficialmente en Alemania unas 33.000 personas, aunque según algunas estimaciones la cifra podría ser entre 5 y 10 veces mayor.